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Entrevista a Dan Dannatl, autor de «La caja china»

Buenos días, Dan. Estamos encantados de poder hablar contigo sobre tu libro La caja china (Editorial Tregolam). Una novela en la que nos hablas de Reiko: un estudiante latinoamericano que se desplaza a la Universidad de Zaragoza para estudiar Medicina.

¿Qué es La caja china? ¿Cómo surge, por qué se escribe?

El libro tan solo quiso ser un sencillo proyecto, un taller de escritura, sin más. Así surgió. Todas mis letras anteriores habían transitado solo las sendas de la poesía, la lírica, el verso. Un día vino un momento interesante en que me salió el deseo de prosa narrativa: quizá tan solo fue el impulso oculto de saber si podría también escribir en clave de novela, o tal vez solo enmascarado el viejo reto-anzuelo de lo desconocido. Me dije para animar, quizá, que no tenía nada que perder, pues si acaso no me gustaba lo que iba saliendo del teclado abandonaba el proyecto y en paz. Pensé que al finalizar la obrita podría mirar y juzgar con neutro rigor el resultado, y ver si era aceptable, presentable; y si no adiós narrativa. Así que casi sin darme cuenta, un día estaba ya felizmente fabulando, enredando y escribiendo; sorpresa añadida, no era nada pesado, sino muy divertido. Y es ese el origen de La caja china.

 

¿Cumplió lo que esperabas? Quiero decir, fue positivo el resultado final del proyecto, del «taller»?

Eso es todavía una pregunta abierta, aún no lo he decidido; sí debo confesar que como taller he considerado elementos, partes generales que me han gustado. Al menos no me disgustan. Aunque de forma más general no me corresponde a mí juzgar el acierto o valores de la obra.

 

¿Por qué ese título? ¿Qué significa La caja china?

La caja china no es físicamente más que un pequeño, bello joyerito propiedad de una de las jovencitas protagonista; solo es un objeto, una frágil cajita de madera, aunque tiene su magia: es reflejo medular de lo que se cuece en el relato, dentro más hondamente… y está asentado en la esencia misma de la obrita. Con ella — la cajita china — quise representar una proposición y desafío a la vez dentro de nuestro «mundo entrópico», en esa inapelable caída hacia el abismo («Termodinámica»: todo se rompe, se degrada, destruye, desaparece) que es este Universo. Es en esta línea argumental que adquiere su interés capital dentro del relato el que es en apariencia aislado-vago episodio de restauración del humilde, pequeño, casi insignificante joyerito después de su destrucción (Capítulo 7: Für Elise): aquella reconstrucción física con valor y fe, esfuerzo-sacrificio y devoción a manos de Reiko, representa un enorme-vivo grito humano contra ese rayo-leviatán, contra ese destino entrópico de destrucción cósmica final.

Y así nos llegan ciertos ocultos-brillantes horizontes del relato. Pues el joyerito quiere ser, humilde símbolo, reflejo y esperanza de aquel gran alarido libertario que comienza ya a sacudir la conciencia y el hogar Planeta. He querido representar a escala en ese pequeño episodio de la destrucción y posterior restauración de la caja china por Reiko, el colosal-angustioso drama actual de nuestra degradación: la destrucción de la Biosfera, del Planeta, nuestra madre Tierra, rotas, casi desaparecidas a manos de una especie estúpida, de ese Australopiteco evolucionado, engreído, sanguinario e ignorante que es homo sapiens; y también la esperanza de que como la restauración de Reiko, a través de un acto esencialmente de amor humano, con valor y fe, sudor y devoción, y un poco de tiempo podamos algún día salvar-recuperar de nuestra propia ruin destrucción a la caja china mayor, a nuestra Madre Planetaria.

Así que el pequeño joyero tiene en la obra para mí una importancia vertebral: desea ser en la novela signo y estandarte de nuestra lucha Planetaria, contra las colosales fuerzas de destrucción, de hoy y mañana. Es esa la razón por la que ese diminuto, sencillo objeto se convierte en título y símbolo de la obra.

 

Se desarrolla en Aragón, Zaragoza y Graus. ¿Por qué decidiste trasladar allí la trama de tu obra?

La razón básica es sencilla: es la segunda región de Iberia –después de Euskalerria– que mejor conozco (con afectos y recuerdos incluidos) pues allí viví ocho años.

 

¿Puedes hablarnos del Tiempo? Al parecer este elemento mantiene cierta importancia en la obra, como se manifiesta a lo largos de acciones, comentarios y diálogos.

En el caso de la novela procuro resaltar un factor físico general definitorio, de mi interés y que introduzco como estructural en la obra, el cual a puro cotidiano y regular tendemos a obviar: el espacio-tiempo es la «amalgama» física sobre la cual asienta, se mueve y palpita el Cosmos entero. En el caso de la novela procuro resaltarlo, pues pretendo dibujar a efectos literarios una máscara dramática de dicho factor: representada a lo largo de toda la obra en la aventura juvenil trepidante y luminosa de aquel grupo de estudiantes, de su vida ligera, inexperta, despreocupada, alegre e «inmortal». Que como expreso en algún pasaje a ellos parece entonces tan solo un inocente y agradable juego, sin saber todavía que se trata del drama vital mismo: «una gran aventura existencial sin marcha atrás, pues como todo movimiento estará marcado por el inexorable tic-tac del invencible verdadero amo: el tiempo». Pero no ahondaremos mucho más en esto aquí, pues dejaríamos sin misterios al lector, sin el sabor de la aventura, sin los ocultos horizontes del relato.

 

Inferimos, leyendo tu novela, que la descripción del paisaje, el desarrollo de los personajes y diálogos es muy exhaustiva. ¿Has bebido de experiencias personales para escribir y corregir el texto de algunas escenas?

Por una parte me interesaba extenderme, profundizar en esas descripciones que mencionas por razón del mero objetivo personal (expresado ya en la primera pregunta): el taller de narrativa literario que al principio me había propuesto realizar llevaba implícito la práctica de elementos narrativos y expresivos básicos (descripciones, personajes, diálogos, sin olvidar el lenguaje, etc.). O sea yo quería practicar, ejercitarme en narrativa.

Por otra parte, en segundo lugar, de forma ya más general, está el imperativo de la exposición detallada, y la coherencia espacio – temporal, imprescindible para seguir el hilo de la narración. O sea los eventos, acciones y narración en general — incluso en la ficción — han de encajar razonablemente en la base espacio – temporal o cronológica de la narración. Una cierta/razonable claridad expositiva es esencial, o sería absolutamente imposible para el lector seguir la historia.

 

Tanto Nana, su amiga y paisana, como Pili y Mirasé, forman parte importante en la vida de Reiko. Le presentan a muchas personas y hacen vida con él en la Universidad. ¿Hasta qué punto influyen estos personajes en la experiencia de Reiko?

Presentamos casi desde el principio de la novela a un grupo de jóvenes estudiantes que son amigos y compañeros de estudio; y relatamos sus relaciones, trabajo y aventuras a lo largo del relato. Debido a esa vida inseparable, íntimamente unida a través de la historia, podría concebirse a esa alegre tropa de jóvenes como un personaje-grupo unitario de bloque: el protagonista único de la obra.

Vimos que a nuestros fines narrativos aquel personaje-grupo unitario puede añadir vigor, riqueza y consistencia a la narración y argumentario general. De tal manera que no apreciaríamos ya las acciones, movimiento y aventuras de los chicos de forma individual sino más bien integrados en un cuerpo-grupo colectivo único que es el protagonista.

Lo que consideramos muy útil a efectos de un asunto estructural de fondo que deseamos plantear sobre ese personaje-grupo/protagonista: el tiempo, el paso del tiempo; un crucero del tiempo sobre la barca de aquel grupo.

 

En ocasiones, el lector se puede sentir muy integrado en la historia que cuentas puesto que a veces te diriges a él directamente. ¿Es importante para ti encontrar una conexión con los lectores o querías que formaran también parte de las vivencias de Reiko como un si fueran un personaje más?

Nosotros escribimos una historia nuestra, la que imaginamos y sentimos, no tenemos otra; el relato, los elementos narrativos, el argumento, en fin, el espíritu de la obra están ahí. El autor los imagina y expone según su visión y objetivos; los presenta a su manera, (fieles a él mismo y fuera de modas u actitudes pasajeras), en total libertad. Toca al amigo lector en similar libertad asimilarlo, y proyectarlo a su propio espíritu y personalidad. Eso debemos respetar. Nunca pretendí dirigir, forzar ni presionar visiones, ideas u opiniones, línea ideológica o argumental al futuro lector, a quien respeto sinceramente. Por otra parte, dentro del marco de aquel respeto creo que deberemos aplaudir y agradecer cualquier lazo, o aproximación que en la relación autor-obra-lector surja en esa lectura.

Y pensar además que el «lector medio» sobre el que se podrían tejer tácticas y estrategias, no existe, eso no existe: solo el lector existe, propio, único cada cual.

 

En el estilo de tu novela percibimos una prosa poética muy madura que se aviva ocasionalmente en la obra (ejemplo: cuando Reiko está con Mirasé, etc). ¿Has tenido algún referente poético como lector? ¿Quiénes?

Estoy consciente de esa deriva pertinaz en mi escritura, quizá haya una tendencia mía personal a ello, tengo publicado ya un volumen de poesía. La narrativa tradicionalmente se redacta en prosa y tal vez no sea muy bueno cargar a la novela con poesía, un poquito vale pero quizá debamos mantener separados las formas y géneros literarios.

Al margen aunque relacionado a eso, deseo comentar algo interesante que me ocurre en ocasiones mientras vas escribiendo. Sucede por ejemplo que vas escribiendo-describiendo una situación-evento, circunstancia, visión o acción particular, y te faltan alguna vez palabras-prosa para describir y redondearlo a gusto. Entonces creo que casi por instinto caes — al menos yo — y echas mano del lenguaje metafórico, de la imagen poética, tan increíblemente sintético y elocuente, tan energético y expresivo; y ves cómo, con mínima extensión y esfuerzo, logras tu cuadro expositivo, tu visión, tu comunicación con gran eficacia. Total, un verso enmascarado, disfrazado de prosa y que funciona. Es una maravilla, es así.

 

A lo largo de la narración se tratan temas como la filosofía, biología, antropología, la medicina, la poesía e incluso la física los cuales se diversifican muy bien a través de diferentes diálogos. ¿Has necesitado investigar sobre alguno de ellos o ya eras un ávido conocedor de los mismos?

Mi formación inicial es en Ciencias, fui concretamente estudiante de Biología y Medicina, eso siempre influye. Pero aparte de esa condición, en ciertos puntos y situaciones específicas del relato creí pertinente y apropiada la introducción de comentarios, alusiones, visiones o ideas científicas modernas para redondear algún concepto interesante; nuevos enfoques y visiones científicas modernas que han revolucionado y continúan cambiando nuestra percepción del Mundo, de la Vida, del Cosmos todo, subrayo radicalmente. (Creo sin exagerar que casi desde el Paleolítico nuestra gran ambición son las estrellas. Mas no podremos nunca alcanzar los astros con herramientas, ideas, visiones-enfoques y estrategias medievales, no.) Además de Biología he introducido algunas ideas, conceptos y teorías de Antropología y Genética, la ciencia del hombre (h. sapiens), solo desde su lado biológico, no cultural, ni social o político. Y luego algo muy sencillo, básico y parcial de Filosofía — que me encanta — de lo que he leído por mi cuenta aficionado solo, nada experto ni profesional, sin formación filosófica propiamente académica.

Luego observaciones personales, y alguna reflexión propia, eso sí.

 

En una de las conversaciones que mantienen Sé y Reiko, este le habla de «Duda, incertidumbre e interrogación» tan presentes en el pensamiento filosófico ¿Crees que la vida es una duda permanente? ¿O que en algún momento se llegará al conocimiento pleno?

Estos elementos filosóficos (duda, incertidumbre e interrogación) se me plantearon a mí por avatares vitales muy temprano, precozmente en la vida: digo relacionado a un evento de mi infancia (la pérdida de nuestra madre) en el capítulo 6 comento: «…con tan solo ocho años, aquella noche tenebrosa envejecí mil años, y mi alma infantil recibió aquel momento más lecciones y canas, y cosas de vida y muerte que muchos hombres en toda su existencia, y desperté un anciano-niño». Desde entonces comencé la travesía de por libre, hasta hoy (y nunca resentí esa dura libertad, más bien la he celebrado). Aquello marcaria mi vida para siempre, sobre todo en aspectos espirituales, vitales-existenciales y filosóficos.

Aparte de eso, creo que mi mejor respuesta a su pregunta podría venir por algún pasaje del Capítulo 6 donde se trata el tema y que alude a ello directamente, Reiko contesta a Mirasé:

—Sí eso, duda, incertidumbre, la interrogación. Es lo que iluminó nuestra caverna allá en el principio, cuando éramos tan solo todavía solo un asomo, un turbio proyecto de homo sapiens. Creo que es lo que mejor define y sintetiza la inteligencia y el espíritu del hombre, la substancia de la sabiduría: ese prodigioso signo de interrogación que alcanza hasta las constelaciones.

En cuanto a lo que me preguntas del «conocimiento pleno» te diré que eso desde fuera nos suena lo que parece constituir un cierto absoluto y los absolutos como bien sabemos pertenecen solo a los dioses, nunca a los míseros mortales.

 

En un momento del libro, haciendo una reflexión sobre la mujer, el protagonista cita esta frase: «belleza… ¿quién puede descifrar ese destello urdido entre los dedos de los dioses…?» ¿Qué es para ti la belleza? ¿Es quizá un elemento visual o existe en muchos otros aspectos?

El que citas aquí es un verso de mi poemario Cuaderno de bitácora. Filosófica, conceptualmente la Belleza es un universo, una pregunta abierta, un misterio como la Realidad o la Vida, un mundo al que todavía después de tanta andadura ni siquiera nos acercamos. Por otro lado, paradójicamente sin embargo, desde siempre ya sentimos bien lo que es belleza: en el rugido de una mar enfurecida, en los colores de la cálida aurora, en la copa colosal de un Sequoia americano milenario, la vida en los ojos de un bebé recién nacido, en la dulce canción de la lluvia, el rugido del volcán, el reflejo de una cumbre nacarada, la danza del cisne en el estanque, el espectro de la niebla sobre el lago, …y entonces ya sentimos como un rayo en seguida la belleza; luego saberla-conocerla con la Filosofía u otras disciplinas puede esperar….

 

¿Crees que tu historia instruye algo, educa, señala al público algún camino, asunto, materia interesante?

Tradicionalmente la Literatura además de hacer Arte, educa al pueblo. Sí, eso es muy bonito; ahora mirad esto.

Quien soy yo para instruir a nadie. Escribo versos, fábulas e historias que no son más que ficción: tomadas en parte del mundo y de la vida, y en parte de la febril imaginación; o sea mentiras, para entendernos. Mentiras artísticas, en ocasiones bellas y divertidas que siguen siendo solo una sarta de mentiras.

Cómo voy a «educar», «instruir» a nadie si yo mismo navego en una ardiente bruma de dudas, fallas, huecos, incertidumbres, misterios e ignorancia. Decidme, ¿Qué es lo que puedo educar?, ¿qué? No.

A manera solo muy personal acumulo una serie de propias referencias, ideas, visiones, impresiones, experiencias, conclusiones y feelings, producto de tantos años, golpes, caídas, viajes, andares y observación, preguntas y reflexión: bagaje este que puede estar y estará seguramente en alguna medida incompleto, parcial, desenfocado, influenciado, o peor de plano incorrecto, erróneo, equivocado. Eso solo, solo eso es lo que puedo compartir con algún buen lector que lo desee, y nada más.

Pero educar, lo que se dice instruir… ¿Qué es lo que podemos educar?, ¿qué?

 

Estamos llegando al final de la entrevista. ¿Hay algo que quieras comentarle a tus lectores antes de despedirnos? ¿Una última consideración?

Agradecimiento, es una alegría y un honor compartir este rato con vosotros. Además rogar disculpas por enredaros vuestra atención y precioso tiempo.

Muchas gracias por tu tiempo y por concedernos esta entrevista. Te deseamos lo mejor con tu libro La caja china.

 


  • Nombre: Dan Dannatl
  • Género:  Narrativa
  • Bio: Nace en América, en Bori, la menor de las Antillas Mayores en el año de 1944.  Estudia  primaria, secundaria y high school en la población de Canóvanas del Cacique. Luego cursa estudios de licenciatura (bachiller / bachelor´s degree) de Biología en la Universidad de Bori (UPR). En España realiza estudios de licenciatura de Medicina en la Universidad de Zaragoza. Otras publicaciones:

Cubichess: un tratado de ajedrez tridimensional-cúbico  (2001).

Cuaderno de bitácora, poemario (2010)

-La caja china (2016), su primera novela.

  • Obra: La caja china

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