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Entrevista a Santiago Sánchez Suárez, autor de «Amores, miradas y cuentos de la traza»

¡Bienvenido, Santiago! Teníamos muchas ganas de hablar contigo sobre tu obra Amores, miradas y cuentos de la traza (editorial Tregolam). Este libro es un compendio de relatos divididos en tres bloques diferentes: amores, miradas y cuentos de la traza.

Cada uno de los relatos explora una técnica literaria diferente. ¿Qué fue lo que te inspiró para escribir el libro?

Como bien se dice, todo relato es una exploración de distintos mundos, con todos los riesgos que ello implica. Ponerse a transmitir historias sin un mínimo de técnica literaria es como explorar la selva en traje de baño. De todos modos, tal y como expreso en mi dedicatoria al lector, incluida en el libro, he sentido la necesidad de comunicarme con quien me lea. Uno de los medios de comunicar diciendo cosas son los relatos. Este medio es el que he usado. He intentado compartir con los lectores una serie de historias para ponernos ambos en un mismo lado.

La elección de la temática, por tanto, ha sido inspirada por esa necesidad de que se me vea como ser humano que siente, padece y necesita verse en ese otro ser. Ese otro alguien que lee y comparte su esfera individual con la mía.

 

Como comentábamos, el libro se divide en tres bloques que le dan nombre. ¿Por qué decidiste crear esta división? ¿El orden de los relatos en cada bloque es específico? ¿O por el contrario mantienen el orden en el que fueron escritos?

He querido plasmar en bloques las inquietudes subliminales humanas como son: los sentimientos amorosos sin felicidad obligatoria, o los sociopolíticos de miradas atípicas y a veces transgresoras. El objetivo ha sido llamar la atención de los relatos por la temática. Por último, no he podido dejar de lado un nuevo concepto de familia, con un modelo nuevo como es el de quienes la hacen formado equipo en lugares alejados del hogar, en este caso al trabajo ferroviario.

En cuanto al orden de los relatos, puedo decir que en el libro no lo hay en absoluto excepto en el bloque de «Amores», que sí quise finalizarlo con algo que fuera la postdata o el fin del sentimiento amoroso como es el maltrato.

Los demás bloques son un collage temático errante en el que cada cual que se asome a cada relato pueda leer, saltarse, repetir o elucubrar por sí mismo finales, comienzos o intermedios. Porque de lo que se trata es de compartir mundo y esfera entre autor y lectores. No hay, por tanto, tiempo ni fecha de escritura, sino intención de mostrar variedad en protagonistas o narradores o argumentos. De esta manera, la lectura es amena, comprometida y está sujeta a los estados de ánimo del lector.

 

En el primer bloque, «Amores», el amor se representa de muchas maneras, desde las más hermosas hasta las más trágicas o escalofriantes. Este tema es uno de los más utilizados universalmente en la literatura. Tú has representado casi todas sus variantes en un solo compendio. ¿Por qué quisiste dar visibilidad a todas estas interpretaciones del amor?

En los quince relatos dedicados a este sentimiento no hay ninguno con final feliz. Es la demostración palpable de que el amor tiene muchas facetas que lo definen como motor de vida. Aunque a veces traiga la muerte consigo, tal y como se narra en el libro. Pero ello no impide creer en el amor, incluido el convencional.

 

En el segundo bloque, «Miradas», expones relatos de carácter más social. Algunos de ellos tratan temas como la economía, el trabajo, la religión o la violencia. ¿Crees que los lectores pueden extrapolar estos temas y sentirse identificados con ellos?

Como bien se define el bloque, son simplemente miradas. Sucedían cosas graves y reclamaban una mirada sobre ellas porque eran actualidad. Está muy claro que este bloque es para que los lectores saquen conclusiones, piensen un poco y muestren acuerdo o desacuerdo cuando se trata de leer cosas que afectan a la sociedad. Como el conjunto de miradas puede llegar a ser muy tenso, he incluido algún relato surrealista o de ficción, para rebajar los posibles enfados que las miradas produzcan en el lector.

 

En el tercer bloque, «Cuentos de la traza», haces una recopilación de relatos nacidos en el exilio profesional de expatriados que trabajan fuera de su entorno, especialmente en el sector ferroviario. ¿Por qué decidiste utilizar este transporte como eje común de todos ellos?

Muy sencillo. En mi vida profesional he tenido que viajar mucho por todo el mundo ejecutando diversos proyectos industriales. El ferrocarril ha sido uno de los motores profesionales que ha marcado mi vida personal, sobre todo cuando he sido expatriado, lejos de mi entorno familiar. Ojo, hay que decir que no solamente se expatria uno por trenes; también por carreteras u obras diversas. Pero he usado el ferrocarril como ejemplo de diversidad tecnológica que une a personas de muy distintas formaciones. Además, el ferrocarril es endogámico profesionalmente hablando y poco conocido por el público en general.

Es por eso por lo que, cogiendo por los pelos la técnica del metacuento, aprovecho para mostrar al lector como es la familia trenera y como se exponen sus inquietudes con los relatos que cada uno de sus miembros cuenta a los demás.

 

En este último bloque, la soledad y la búsqueda de un lugar como el hogar predominan en la mayoría de los relatos. Como sus personajes, tú también fuiste un expatriado. ¿Has compartido tu experiencia, en cierta manera, a través de ellos?

Evidentemente, sí. Por suerte, he podido mostrar en los relatos situaciones reales que dan credibilidad a los cuentos de la traza. En el argot ferroviario la traza es la línea férrea. Como tal, puede ir por túneles inconscientes o por puentes de ilusiones o mostrarse recta en las realidades. He intentado mostrar en los relatos que cada miembro de la familia expatriada tiene distintas percepciones de su situación. Es un juego donde las tensiones o los traumas se endulzan con cada cuento.

 

Amores, miradas y cuentos de la traza se compone de treinta y cinco relatos. ¿Cuál fue el que más te gusto escribir? ¿Y el que más te costó? ¿Te atreverías a confesarnos cuál de todos ellos es tu favorito?

Escribir es un acto de amor muy sexual. Se coge una hoja en blanco novia y se empieza el coqueteo con la llamada inspiración. Para seducirla se manejan diversas herramientas que la literatura permite usar. Pues bien, con el uso de tales técnicas (tema, narrador, situación, paradoja sentimiento propio o ajeno, etc.) no es difícil encontrar y encandilar a una pareja que motive el relato. A partir de ahí se realiza la «cópula» que da lugar al nacimiento de algo concreto, sea poema, cuento o novela.

Es por eso por lo que preguntar sobre qué cuento me gustó más escribir es como preguntarle a un amante qué noche de pasión fue la más placentera. Aunque lo supiera no lo diría nunca, por simple respeto a otras noches similares.

Es lo mismo respecto al esfuerzo. Todo acto creativo cuesta, porque el parto es siempre difícil y a veces doloroso. Como podéis observar no me atrevo a confesar predilecciones ni tormentos creativos, porque cada criatura tiene su génesis y sus particularidades.

Tampoco me atrevo a confesar favoritismos. Soy padre de familia numerosa respecto a cuentos paridos y, como tal, me da rubor decir que este o aquel es el más mimado o el más agasajado. Quizás, en un momento de debilidad y si algún lector lo preguntase con insistencia, podría citar un par de ellos. Pero…

 

En relación con la pregunta anterior, los personajes de cada uno de tus relatos difieren mucho entre sí. Encontramos diferencias desde el tiempo en el contexto en el que habitan hasta su clase social. ¿Te ha supuesto un reto ponerte en su piel?

Sí. Para dar vida a un relato no solamente hay que engendrarlo y dar a luz con él. También hay que educarlo, corregirle defectos o comprenderle. Eso cuesta, a veces mucho más de lo que parece. Hay ocasiones en que el personaje o los personajes amenazan con comerte y otras en las que tú mismo te los quieres comer a ellos y los destruyes o los deformas, de manera que no se parecen en nada a su primer suspiro.

Este proceso duele mucho, lo confieso. Hay varios relatos en el libro que han sido verdaderos desafíos. Pero siguen siendo hijos queridos.

 

Tu obra recoge de una forma muy heterogénea distintos puntos de vista frente a unos temas en común, como el amor, los problemas cotidianos o encontrarse lejos de casa. Por todo esto, nos preguntamos: ¿serías capaz de definir tu libro con tres adjetivos o una sola oración que recoja la esencia de la obra?

Yo resumiría mi libro en esta frase: «La vida es observar y manejar las carencias vitales a base de amor, correspondido o no».

 

Esta no es la primera vez que te embaucas en esta tarea ¿Cómo publicar un libro de esta naturaleza? Has escrito dos poemarios antes: Mariposa de cristal (2003) y Alguien al otro lado (2014). ¿Qué diferencias has notado entre escribir prosa y verso? ¿Por cuál sientes más afinidad?

Los poemas son más líricos. Pueden convertirse en canciones, expresan sentimientos en pocas palabras encerradas en versos. Además, pueden, o no, tener rimas que le dan musicalidad. En el relato puede haber lo mismo, e incluso dar lugar a canciones también. Pero hay que contar algo en más espacio y con técnicas distintas.

La verdad es que creo que existe prosa poética y poemas que son verdaderos relatos. Creo que la musa es diferente, pero las dos sirven para darle al hombre sentido vital.

En mi caso concreto, me siento igual de a gusto trabajando con una o con el otro. Al fin y al cabo, prosa y verso sirven para lo mismo: hacernos sentir humanos.

Tenemos entendido que algún relato tuyo fue representado por una compañía teatral. Cuéntanos, ¿te gustaría que alguno de los relatos de Amores, miradas y cuentos de la traza se adaptara para representarse?

Precisamente ha sido la mitad de uno de los relatos la que ha sido adaptada para obra de teatro. El relato tiene por título «Dos desalojos» y la adaptación se refiere al desalojo en una parte de la Cañada Real de Madrid.

Hay otros relatos que podrían cambiar de traje y convertirse en obras teatrales. No me disgustaría que así fuera.

Estamos llegando al final de la entrevista. Antes de terminar, nos gustaría dejarte un espacio para que compartas con los lectores lo que quieras.

Lector:

Te he dedicado las dos primeras páginas del libro, pero no me importa comunicarme de nuevo contigo en estas líneas.

Verás, necesito que me leas. Así de escueto y claro. Y te necesito porque compartir contigo vivencias y que tú te preguntes si lo que has leído es mi imaginación o una vivencia mía me hace sentir una comunión contigo que da sentido a seguir escribiendo.

Gracias por leerme.

¡Muchas gracias por atendernos, Santiago! Te deseamos muchísimo éxito con tu obra. Amores, miradas y cuentos de la traza ya está disponible en librerías.


  • Nombre: Santiago Sánchez Suárez
  • Obra: Amores, miradas y cuentos de la traza
  • Género: ficción clásica, cuentos
  • Sinopsis: El libro recoge treinta y cinco relatos, divididos en tres bloques totalmente diferentes, reconocibles en el título del libro y separados en el interior.«Amores» expone al lector en quince visiones, un muestrario de situaciones en las que el amor puede ser trágico, o misterioso, o cínico o, incluso, terrorífico, pero siempre tomando tal amor como sentimiento que mueve vida y da razón de ser a existencias no siempre bien paradas en la sociedad actual.«Miradas» pretende ser un retrato variado de una sociedad actual, cuyos paradigmas se ponen en cuestión. Relatos que pretenden reflejar los temores, incertidumbres o descontentos sobre la economía, el terrorismo o la religión.En «Cuentos de la traza», el autor realiza una recopilación de relatos nacidos en el exilio profesional de quien se expatria y trabaja fuera de su entorno para servir rendidamente al ferrocarril, ya que «traza» es la denominación de «vía de tren» en el argot ferroviario.

    En su conjunto, el libro pretende hacerse cercano, ameno y digerible.

  • Biografía: Santiago Sánchez Suárez es manchego de nacimiento. Andalucía le adopta en su juventud para que estudie con beca, única oportunidad de las familias pobres y obreras para que sus hijos aspiren a algo en la vida. Por último, Madrid le da asentamiento profesional, cobijo y una familia, aunque, contagiado quizás por una filosofía nómada, haya tenido que expatriarse para conocer mundo debido a su profesión ingenieril. Como poeta, ha publicado dos poemarios: Mariposa de cristal (2003) y Alguien al otro lado (2014), donde puso letra a momentos cotidianos de gente cotidiana intentando ponerse a nivel de comunicación emocional con quien los leyera. Como narrador, ha visto algún relato suyo convertido en obra de teatro y representado por compañía teatral de aficionados. También se ha visto publicado en alguna antología de relato temático en campaña de Ayuntamiento de Madrid relacionada con el maltrato a la mujer.
  • Redes sociales del autor: Facebook, Twitter

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