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Entrevista a Marcelino Fernández Mallo: ‘El émulo de Reginald Perrin’

Buenos días, Marcelino. El émulo de Reginald Perrin se centra en el ascenso y caída de Camilo, un hombre de éxito y aparentemente invulnerable hasta que comienza a sufrir un repentino deterioro mental. Coméntanos más detalles, ¿qué encontraremos al leer esta nueva novela?

Encontraremos sobre todo la historia de un hombre con una personalidad compleja, de sus traumas personales, del equilibrio inestable entre su capacidad de liderazgo y sus limitaciones para vivir en sociedad. Encontraremos la distorsión sobre la visión de la realidad que produce el poder y, de alguna manera, un manual para déspotas y misántropos. Encontraremos una trama que entremezcla los ámbitos particular y profesional de Camilo. Normalmente, la idea que nos forjamos sobre empresarios y ejecutivos de éxito se basa en su carrera al frente de una compañía; pocas veces, somos conscientes del papel que juega su entorno y sus circunstancias personales en su rol como directivo.

 

Camilo es un personaje profundo, con múltiples matices; hace que le odiemos, pero también llegamos a comprenderle y “perdonarle” en cierta manera. ¿Cómo fue, a la hora de publicar el libro, diseñar un protagonista de tales características?

El personaje es el resultado de observar durante décadas el comportamiento de directivos de alto nivel. De alguna manera, Camilo resulta una síntesis de empresarios y dirigentes con los que me he cruzado durante mi vida laboral, una especie de retrato robot elaborado con piezas obtenidas de distintos modelos. En el momento en que juntamos sus cualidades profesionales y personales, estamos creando un vínculo complejo que dificulta los juicios maniqueos. De ahí que lo odiemos, pero también tendamos a comprenderlo.

 

El émulo de Reginald Perrin está escrito a modo de diario. ¿De dónde nació la idea? ¿Tuviste clara esta estructura desde el primer momento?

Sí, pero se trata de un diario muy sui generis. Camilo nos va ofreciendo día a día retazos de su vida y también de su pensamiento, que, en realidad, nos llevan al pasado. Las fechas del diario no se corresponden con lo sucedido en la actualidad, sino en la etapa de la vida de Camilo que ese día recuerda. La idea del formato procede de la propia intención de la novela. Tenía que ser un relato personal que surgiese de las entrañas del protagonista; es decir, habría de escribirse en primera persona. El estado en que Camilo se encuentra no permite una narración continuada y fluida; ha de hacerse de un modo fragmentado, lo que propicia esa organización por etapas, es decir, por días.

 

Camilo tiene tres hermanos pero parece que únicamente aprecia a Inés. ¿Por qué la relación con ella es diferente?

Todo se explica a partir de la infancia. Camilo revela un espíritu competitivo desde niño. En realidad, siente desde siempre la necesidad de distinción y liderazgo. Dentro de su familia, percibe que Bernardo y Sandra le disputan esa posición e, incluso, en determinadas parcelas, constata que muestran unas capacidades superiores a las de él. Esto no le ocurre con Inés, quien acepta la hegemonía del primogénito, a quién mira y admira como modelo de comportamiento.

 

En El émulo de Reginald Perrin, nos encontramos con dos narradores: Camilo e Inés, la cual retoma la tarea de su hermano cuando éste no puede seguir con el diario. De hecho, en A trenza, tu primera novela, y El Danubio no pasa por Buenos Aires también recurres a dos personajes. ¿A qué se debe esta dualidad en tus obras? ¿Cuál es la intención?

Pues es cierto, no lo había pensado. Supongo que lo fácil sería decir que un personaje completa al otro a través de su mirada externa o ajena. Profundizando un poco, sin embargo, observamos que son dualidades diferentes. En El Danubio no pasa por Buenos Aires, por ejemplo, el alumno resulta ser una especie de trasunto idealizado del profesor. En El émulo de Reginald Perrin, Inés representa la visión alternativa necesaria, aunque indulgente, de una realidad que se nos muestra plagada de dudas y sombras.

 

Tu novela hace referencia a Caída y auge de Reginald Perrin, una famosa serie de mediados de los 70. ¿De qué manera te inspiró? ¿Cuáles son las similitudes entre Camilo y Perrin?

Hay más similitudes de las que podrían suponerse a partir de una lectura rápida de la novela. De alguna forma, ambos reniegan de su pasado, ambos intentan el éxito y el reconocimiento de un modo compulsivo, ambos se fían de su instinto para tomar decisiones que a veces resultan poco justificables o incluso absurdas. Aunque de naturaleza distinta, su carácter atormentado resulta otra similitud. Me inspiró la serie porque yo era muy fan de ella, en primer lugar, y porque esa sucesión de éxitos y fracasos que protagonizaba Reginald Perrin me quedó grabada como una especie de lección vital.

 

Siguiendo con tus anteriores libros publicados, ¿cuál es la principal diferencia entre tu nueva novela y las anteriores?

Hay diferencias sustanciales, sobre todo en la forma, pero también en el fondo. En la forma, es la primera vez que utilizo dos voces o que la narración sufre saltos temporales abruptos. Además, apenas hay retranca, el lenguaje es directo y, en ocasiones, casi lapidario. Respecto al fondo, es la novela que reproduce el ambiente que conozco mejor, ese que surge y crece en el interior de las empresas.

 

¿Qué temas son los que más te motivan a la hora de escribir un libro?

Muchos, en general, aquellos que desarrollan las relaciones personales, las causas y tratamiento de los conflictos, los comportamientos y actitudes complejas, la interacción de los hombres y mujeres con su entorno, el modo de enfrentar circunstancias desfavorables, el proceso a través del cual se toman las decisiones difíciles. En resumen, quizás sean los temas que más enriquecen la naturaleza humana.

 

Tu carrera profesional está ligada al mundo económico, ¿cómo y por qué empezaste a escribir? ¿Tus vivencias te han servido como fuente de inspiración para esbozar la historia de Camilo?

Estamos programados para escribir historias, para recordar, especular, imaginar. La mayoría de las personas escribimos pensamientos, planes, relatos… Saltar de esto a la redacción de una novela requiere la aplicación de un método y dotarse de una dosis notable de perseverancia. Y sí, claro, las propias vivencias son la inspiración para cualquier historia, supongo que se trata de algo común. Representan el punto de partida, la idea central, pero también las personalidades, las circunstancias del entorno y muchas veces incluso las soluciones a los conflictos que la narración vaya generando.

 

Tras El émulo de Reginald Perrin, ¿cuáles son tus próximos proyectos?

Los ciclos editoriales son largos para los escritores, digamos, no consagrados. Así pues, cuando un título está a punto de publicarse, ha pasado más de un año desde que lo has terminado. Por eso, resulta bastante probable que tengas alguna otra historia adelantada. En este caso, me encuentro a punto de terminar la primera versión de una novela en tono thriller cuyo título provisional es El hotel de Gökalp. Ya veremos cómo queda finalmente.


  • Nombre: Marcelino Fernández Mallo.
  • Género: novela contemporánea, ficción, drama.
  • Bio: Marcelino F. Mallo, escritor coruñés con una amplia trayectoria en el mundo empresarial, inicia su carrera literaria en 2005 con el libro de relatos titulado Cabilia, redactado en gallego y calificado por la crítica como «una bomba atómica». A continuación, y también en lengua gallega, publicó las novelas A trenza, Klásicos y Pallarega. En 2015, ya en castellano, publica El Danubio no pasa por Buenos Aires. Dos años después, presenta El émulo de Reginald Perrin con la editorial Dauro.
  • Blog del autor: www.atrenza.me

Libro: El émulo de Reginald Perrin

Portada El émulo 150

Disponible en*:

 

*Próximamente, en otras plataformas.

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