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Reseña de ‘Draconangelus II: Guardianes de almas eternas’, de Keka Dilano

Escribir no es nada nuevo para Keka Dilano, pues además de los distintos concursos literarios en los que ya ha participado, la autora madrileña lleva a sus espaldas numerosas publicaciones que han hecho las delicias de lectores de distintos géneros, pasando por lo erótico, la fantasía y las aventuras. En este punto, lo que nos ocupa es la reedición del segundo volumen de la saga Draconangelus: Guardianes de almas eternas.

Aquellos lectores que se sorprendieron al descubrir un «nuevo mundo» donde los ángeles y los dragones no respondían a los cánones a los que las novelas de fantasía y los textos religiosos nos tienen acostumbrados deberían ir corriendo a hacerse con un ejemplar, porque la historia sigue y no precisamente carente de sorpresas.

La vida de Angie, William, Raffaele y los demás continúa, esta vez en Vancouver. Establecidos de nuevo allí, Angie seguirá trabajando para la compañía aérea, acompañada en todo momento por Rashel, su amiga y ángel de la guarda. Del mismo modo (y como no podía ser de otra forma), continuará su relación con William, la cual se hará cada vez más fuerte a pesar de las dificultades, pues este debe irse a Igoli para defenderlo de las distintas amenazas que se ciernen sobre aquellos dominios y las almas que lo habitan.

No obstante, el punto de inflexión llegará cuando, ante la muerte de Michael (¡que no cunda el pánico! No desvelamos nada que la autora no haya desvelado ya) y la amenaza de que su alma sea secuestrada, Rafaele intervenga ayudando a gestar en el vientre de Angie un feto que lleve su esencia, además de la de Michael y William, es decir, un ser insólito que determinará la alianza definitiva entre ángeles y dragones. A pesar de la situación de un embarazo de alto riesgo, las esperanzas de amparar así el alma del hermano de Angie llevarán a ambos amantes a salvar las diferencias y fortalecer un amor tremendamente pasional del que ya veníamos leyendo en la primera parte, Igoli.

Pero el libro está plagado de muchos más reveses, los cuales ofrecen un ritmo trepidante. Así, es recomendable no acomodarse demasiado y estar preparados para cualquier cosa, como la reaparición de Orson, el cual será clave para arrojar luz sobre muchos asuntos e introducir a un fantástico y tierno personaje, Claire, o la intervención de los Ti’ Amat, que no perderán la oportunidad de importunar a los protagonistas y enfrentarse a ellos en épicas batallas. Por supuesto, la traición y la envidia también están servidas, pero vamos a guardarnos de comentar esto porque… ¡mucho mejor será que lo descubráis vosotros!

Por otro lado, la narración es ligera y se conforma, principalmente, de diálogos. Angie será nuestra guía en esta aventura, pues es la encargada de ofrecernos la historia a través de una primera persona que construye una narración más intimista. Además, siguiendo el esquema de la primera entrega, cabe mencionar la naturalidad con la que los personajes se relacionan, no solo desde un punto de vista conversacional, sino también en lo referente a sus relaciones personales, lo que les otorga (más allá de su condición sagrada o mitológica) una faceta humana que enternece y favorece la identificación del lector con sus sentimientos.

Aun así, esta similitud con nuestra realidad tan bien construida tampoco obvia la naturaleza de los personajes, por lo que la autora, que no quería dejarse nada en el tintero, ofrece también a los amantes de la mitología la posibilidad de seguir indagando en el mundo dráguico y angelical.

A esto hay que añadirle el toque erótico que, como ella misma señala, otorga verosimilitud a la historia: «Como ya he dicho en alguna ocasión, Angie es una chica joven de veinte años y William tiene muchos más, y ninguno de los dos está como para mantener una tensión sexual que les dure dos novelas y media de cuatrocientas páginas cada una. Al menos, no sería realista».

De esta forma, conseguimos un excelente cóctel donde el lector puede escapar de la convencionalidad de las historias fantásticas (normalmente orientadas a un público juvenil) y asomarse, sea cual sea su edad, a una novela que engancha desde el primer capítulo debido a la original adaptación de la historia y de la mitología, así como a la construcción y familiaridad de los personajes, lo que nos hace sentir como uno más del grupo.

 


  • Nombre: Keka Dilano
  • Género: fantasía
  • Bio: Keka Dilano nació en Madrid (España) en 1969. Entre sus obras, destaca la saga de fantasía paranormal Draconangelus, cuyas dos primeras partes fueron autopublicadas en 2013. En la actualidad, dicha saga ha sido reeditada por Caligrama: tanto Igoli, el primer libro, como Guardianes de almas eternas, la segunda parte,están ya a la venta.  Este año verá la luz también la tercera entrega, inédita hasta el momento. Además, ha escrito novelas eróticas como La maleta ardiente de Luna Beltrán (2013) y El secreto de Boommarang (2014), ambas publicadas en Amazon en formato impreso y digital. Keka Dilano colabora en la revista trimestral Aire de la Sierra (Madrid) y en diversos catálogos de pintores para la inauguración de sus obras; entre otros, Enric Bardera (Figueres. 2015. Exposición Tupper-sex). Sin olvidar los reconocimientos que lleva a sus espaldas, pues ha sido seleccionada y finalista en diversos concursos literarios, como el II Certamen Artgerust de Microrrelato Erótico-Romántico.
  • Libro: Draconangelus II: Guardianes de almas eternas

9788417164485Disponible en: AmazonEl Corte InglésFnac y Casa del libro.

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