Reseña de «Camino sin señalizar», de Jaime Molina García

¿Llegas a conocer realmente a una persona? ¿O incluso nuestros seres queridos guardan secretos oscuros? Con este planteamiento, el escritor Jaime Molina García nos trae su nueva obra Camino sin señalizar (Editorial Nazarí). Esta novela policiaca repleta de misterio, traiciones y asesinatos no dejará indiferente a los lectores.

El autor nos conduce en una trepidante investigación de la mano de la agente de policía Marta Novoa en la búsqueda de la abogada Irene, su amiga de la adolescencia. Ambas, distanciadas por un conflicto personal, cruzan una vez más sus caminos cuando Irene le pide ayuda. Su novia brasileña Luna ha desaparecido y está desesperada. En su afán por averiguar qué le ha pasado, Irene contacta con la última persona que la vio: un misterioso hombre practicante de BDSM con el nombre de usuario AmoDark.

«—¿Es grave? —Marta bajó la guardia, a pesar de lo que estuvieran atravesando no era capaz de resistirse a la llamada de auxilio de su protegida.

—Luna ha desaparecido. Me temo, si no lo peor, casi lo peor. He investigado por mi cuenta y tengo una pista, eso es lo que quisiera comentarte para que me des tu opinión como profesional. Y si luego añades una regañina de madre te prometo que no haré pucheritos y la escucharé como te mereces —Irene soltó el obús y después el bálsamo, una combinación irresistible que funcionaba con la misma efectividad de antaño».

Irene decide quedar con él como su sumisa en una casa apartada de la ciudad y situada en un camino sin señalizar. Tras dos días sin noticias de Irene, Marta acude al lugar de la cita al contar con la ubicación. Allí descubre el cadáver de un hombre con signos de tortura. Pero no hay ni rastro de Irene. Desde ese momento, comienza una búsqueda extraoficial y desesperada para encontrar a su amiga.

Poco a poco, irá conociendo la verdadera cara de todas las personas de la vida de Irene: Antonio y Silvia, los padres de Irene; Natalia, una supuesta amiga, o Jota, un peligroso hombre relacionado con la práctica sadomasoquista. Para ello, contará con la inestimable ayuda de Pablo Palacios, agente de Ciberseguridad, y Truhan, el beagle de Irene.

Pero a medida que la investigación avanza, también lo hacen sus dudas. Porque quizá no conocía a Irene tan bien como pensaba.

«Los urbanitas idealizan, como otras muchas cosas, el silencio rural. Presumen que en esa ausencia de ruido —por otro lado falsa— se esconde la paz, la del entorno no contaminado por decibelios mecánicos y la interior, la de cada cual, la de los habitantes del campo o la montaña ya sean estos bestias, animales domesticados, o seres humanos a medio camino entre bestias y domesticados. Nada más lejos de la realidad. Nadie está en paz consigo mismo en ningún lugar, ningún lugar es pacífico. La naturaleza es una guerra convulsa y constante. Y el silencio, ese idílico, añorado e inexistente silencio, su mensajero más cruel».

La inolvidable relación de amistad de Marta e Irene trasciende a sus rencores pasados. Ambas, tan distintas, conviven en un juego de seducción y deseo que confundirá a Marta. La irrupción de la abogada en la vida de la agente hará tambalear la relación de esta con su novio Rodney.

«Estaba confusa, y sentía que casi igual de perdida que al principio. Dejó a Natalia sentada en el sofá, en estado casi catatónico, y se marchó de allí sin pronunciar ni una sola palabra más, ligeramente asqueada. Cerró la puerta tras de sí y pensó en Irene. ¿De verdad era la misma mujer a la que conocía desde que eran niñas? ¿Realmente la conocía, se conocían la una a la otra, o tan solo fingían conocerse? Nadie conoce a nadie».

Esta novela, con un estilo cercano y un ritmo vertiginoso, sumerge a los lectores en una apasionante investigación policial. Jaime Molina García explora los límites del placer y el dolor de las prácticas BDSM y el deseo contenido a lo largo de los años. Las mentiras, las traiciones y los desengaños provocarán que Marta afronte el más difícil de los retos: conocerse a uno mismo.

Invitamos a los lectores a asomarse a esta trepidante obra de la mano de Jaime Molina García. Camino sin señalizar ya está disponible en librerías.

Nombre: Jaime Molina García
Obra: Camino sin señalizar
Género: novela negra
Sinopsis: Unidas por la lealtad y separadas por la ley. Marta, una agente de policía algo brusca aunque sentimental, e Irene, su mejor amiga desde la infancia, toman caminos separados cuando la segunda, abogada de éxito aparentemente débil y tímida, planea acudir a una sesión sadomasoquista con un extraño al que ha conocido por Internet. De ese encuentro en una casa rural a la que solo se puede llegar por un camino sin señalizar parte una trama criminal coprotagonizada por estas dos mujeres de caracteres opuestos que ven cómo el pasado en común se va transformando inexorablemente en mentiras no compartidas, secretos inconfesables y descubrimientos macabros con cadáveres y traiciones de por medio.
Biografía: Linares (Jaén), 1969.Licenciado en Informática por la Universidad de Granada, institución donde trabaja en la actualidad, compaginando su actividad profesional con el ejercicio de la Literatura. Colabora en el blog literario www.cicutadry.es del que es administrador web.Comenzó a escribir a los diecisiete años, y ha cultivado sobre todo el género del relato corto, siendo autor de más de cuarenta cuentos, algunos de los cuales han resultado premiados en certámenes literarios.
En el género de la novela corta destacan su obra El fantasma de John Wayne, premiada en el Certamen de Novela Castillo-Puche en 2008, y El pianista acompañante, premiada en el Certamen Rei en Jaume de Narrativa en 2009.

Es también autor de otras cinco novelas, de las cuales Ambos lados del paraíso (Una casa respetable) ha sido premiada con el Premio de novela Juan Valera en 2009. Con su quinta novela, titulada Lejos del cielo, del género negro, obtuvo el Premio de novela Blasco Ibáñez Ciutat de Valencia en 2011. Su sexta novela, titulada La Fundación 2.1, es una novela que trata el mundo de las relaciones a través de las redes sociales. En su última novela publicada, Días para morir en el paraíso, se adentra en el terreno de la ciencia-ficción. Camino sin señalizar es su último trabajo en el que vuelve al género negro.
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