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Entrevista a O. A. Hanksler: ‘Apariencias que engañan’

Buenos días, O. A. Hanksler. Apariencias que engañan es tu primer libro publicado, un compendio de relatos tan terroríficos como diversos. ¿Qué te atrae tanto de las historias de terror?

Creo que las historias de terror son la esencia del ser humano. Nacemos llorando por el sentimiento intrínseco que tenemos a lo desconocido y la mayoría morimos de la misma forma. Es agradable y divertido sentir miedo; y, si alguien no está de acuerdo, simplemente tiene que observar la cantidad de gente que acude a las salas de cine para que le metan terror en vena. Asustarse y poder sentir ese pequeño chute de adrenalina al sobresalto provoca un agradable regusto a supervivencia, tal y como sucede, por ejemplo, cuando subes a una montaña rusa. Lo pasas mal al principio, pero el residuo que te queda después merece la pena. Siempre desde el punto de vista de la ficción, es una droga recreativa natural más que tiene el cuerpo para sentirse vivo.

 

¿Qué tipo de relatos vamos a encontrar en tu libro?

Entre los trece relatos seleccionados para su composición, podéis encontrar casi de todo. El terror no siempre está presente, aunque sí que intento que sea una constante. Soy un gran amante de la ciencia ficción y me he visto obligado a dejar constancia de ello. Me parece un palo muy atractivo de la baraja a la hora de crear historias y jugar con ellas. En ocasiones, incluso el amor es el protagonista y la base del argumento. Por resumirlo de alguna forma, el libro no es más que una colección de personajes que lo pasan francamente mal, unas veces al verse obligados a tomar una difícil decisión y otras al encontrarse ante una situación de la que no pueden escapar.

 

¿Alguno de tus personajes o situaciones descritas en los relatos están basados en la realidad?

Todas y cada una de las historias que he escrito tienen parte basada en mi vida. Es algo muy común. En unos casos, los protagonistas existen en la realidad y, en otros, me limito a dar pequeñas pinceladas de vivencias propias. Si hay algo que me encanta es imaginar a un amigo o a un familiar en la diana, y hacer que sufra de verdad. Y cuando uno de los dardos que lanzo acierta en el centro, el orgasmo está más que asegurado. Podría decirse que es una inofensiva psicopatía que padezco, pero, al ser escritor, está bastante aceptada socialmente hablando (risas). Supongo que, si contase las cosas que escribo en el diván de un psiquiatra, me hincharían a pastillas. Me parece divertido.

 

¿A cuál de todos los relatos incluidos en Apariencias que engañan te ha costado más dar forma?

No sabría decirlo con exactitud. Puede que Toda una vida volando, pues llegué a pensar que podría ser una novela si continuaba con la historia, pero al final los personajes me mostraron el camino correcto para zanjarla. Ellos son los que mandan.

 

¿Qué tres elementos crees que son indispensables a la hora de construir una historia de terror?

Parece una pregunta sencilla de contestar, pero no lo es. Supongo que, para escribir terror, tienes que estar un poco loco. Por supuesto, nunca mataría a nadie con un cuchillo para después descuartizar su cuerpo con una sierra eléctrica y comerme las sobras; al menos, de momento (risas). Pero debo imaginar la escena del crimen con detalle y estar presente mientras todo eso sucede. De alguna forma, es cierto que soy yo el que mata en la ficción, pero mis herramientas son simples palabras que antes han pasado por mi mente, así que tampoco me siento muy culpable. Reconozco que hay veces que es perturbador incluso para mí. En ocasiones, personas de mi entorno me han preguntado cómo soy capaz de imaginar ciertas cosas y, si te soy sincero, cada vez que lo han hecho me han dejado descolocado. No he sabido responder, al igual que ahora tampoco se me da muy bien hacerlo aquí. Lo indispensable para escribir, sea lo que sea, es creérselo y dejar fluir la creatividad. Disfrutar del proceso. No se me ocurre qué más añadir.

 

Sabemos que es una decisión difícil, prácticamente imposible, pero ¿cuál de todos los relatos de Apariencias que engañan es tu favorito y por qué?

No, no creas que es tan complicado. Hay varios relatos, como Las manos de Dios y Una familia unida, que creo representan más mi estilo literario, al menos, el que me gustaría mostrar siempre. No obstante, al que más cariño tengo es a uno que se llama Compañera de trincheras, pues fue un regalo de cumpleaños que le hice a mi madre hace ya bastante tiempo. Cuando lo leyó, se puso a llorar y, sin darse cuenta, me ayudó a comprender que era capaz de provocar sentimientos con mis palabras. Esa fue la mejor parte, pues en ese momento decidí que quería ser escritor.

 

Tus relatos son muy visuales y potentes. ¿Te gustaría verlos convertidos en una miniserie o que se adaptase alguno de ellos?

He tenido varias propuestas para el rodaje de algún cortometraje. Obviamente, si llegan a buen término, yo encantado con la idea de poder ver cómo cobran vida mis personajes. Tiene que ser una experiencia maravillosa. Así que sí, me gustaría mucho.

 

Entre tus autores favoritos, se encuentra el inimitable Stephen King. ¿Qué obra de este autor recomendarías a los escritores noveles, a parte de Mientras escribo? ¿Cuál es tu favorito?

Ya que lo mencionas, el libro Mientras escribo debería estar sobre la mesilla de noche de cualquier autor novel que quiera abrirse paso en este mundo tan complicado. Es una guía perfecta y dura que incluso puede llegar a desanimarte, pero resulta muy efectiva para crear ilusión si tu sentimiento es fuerte, más si admiras a su autor. Puede que, de todas sus novelas, mi preferida sea Buick 8 y no porque sea la mejor, ni muchísimo menos, sino por recordarme la época en la que la leí. Los libros en ocasiones son eso, fotografías de lo que sentías mientras recorrías sus palabras por primera vez, y esa foto en particular es muy bonita. Otra que me encanta es Carretera maldita ya que me siento identificado con el protagonista, algo que, por otro lado, es preocupante si se repara en ello.

 

¿Recuerdas cuál fue tu primer manuscrito y sobre qué trataba? ¿Cómo has cambiado desde entonces?

El primer trabajo literario que hice en mi vida se lo entregué a un profesor de Literatura el primer año de instituto, hace como mil años. La historia que contaba hablaba de unos niños que se escapaban por la noche para poder ver platillos volantes. Al parecer, el giro final no le gustó demasiado y me dijo que para él estaba sin terminar, pues no entendía el desenlace. Recuerdo que el enfado que cogí fue notable. Es una buena anécdota, ya que me hizo cambiar un poco el chip. Aprendí que no importa lo que piensen los demás de tu obra, pues eres tú el que tiene que sentirse cómodo con ella.

 

Aunque afirmas no tener más trucos que dejar fluir la creatividad, ¿tienes algunas pautas a la hora de escribir? Por ejemplo, volviendo a Stephen King, él reconoce escribir unas seis páginas al día.

Pautas ninguna, pero creo en el trabajo duro. Cuando comienzas a escribir, es natural hacerlo dejándote marcar por esos momentos de inspiración que vienen de vete tú a saber dónde, pero eso después no sirve para nada. Son muy escasos y traicioneros. Claro que puedes tener una buena racha de inspiración, aprovecharte y que de ella salga algo muy bueno, pero al final esas píldoras se terminan o resultan insuficientes. La musa ha de encontrarte siempre trabajando, de cara a la pared y sin que nada ni nadie te distraiga salvo el sonido que produces al pulsar las teclas. Stephen King también dice que hay que cerrar la puerta si quieres tomártelo en serio, y tiene razón.

 

Ahora que Apariencias que engañan está a la venta, ¿podrías hablarnos de tus próximos proyectos?

Sin contar alguna colaboración suelta e independiente, tengo una novela que está muy avanzada, de terror, por supuesto, que espero que pueda ver la luz en breve. También comienza a tomar forma una nueva recopilación de relatos. No será una segunda parte de Apariencias que engañan, pues llevará otro título, pero, llegado el caso, bien podría tratarse como tal.


  • Nombre: O. A. Hanksler.
  • Género: relatos de terror.
  • Bio: O. A. Hanksler es un escritor valenciano nacido en 1982. Comenzó su carrera participando en revistas literarias y publicando su primer libro en el año 2014, especializándose en el género de terror y ciencia ficción. Es un devorador insaciable de libros y suele realizar numerosas recomendaciones sobre todas aquellas obras que cree lo merecen. Su capacidad para observar lo que otros no pueden ni imaginar le ha convertido en alguien a quien no le tiembla el pulso a la hora de crear historias duras, utilizando unos giros argumentales sorprendentes que se han convertido en su particular firma como escritor.
    En su día a día, cuando no pulsa las teclas de una máquina de escribir, suele portar uniforme militar, donde la filosofía es su razón de ser. Decidido a cambiar de profesión, va abriéndose camino con paso firme, cambiando poco a poco la munición por la tinta en forma de buenas historias.
    Siempre que puede, pone en práctica todo lo que sabe sobre la creencia kármica, de la que es practicante y conocedor. Procura realizar viajes a lo largo del mundo donde el misterio y el cruce con otras culturas puedan alimentar su alma y sus conocimientos. Mochilero desde hace años prefiere la aventura a la comodidad. Un ejemplo claro de ello son sus últimas andaduras por Chernobyl.
    Mientras trabaja y emprende nuevos proyectos, soñando con un futuro en el que dedicar su vida a la escritura, aconseja a los escritores que le siguen en sus redes sociales sobre el arte de enfrentarse a la página en blanco.
  • Blog del autor: http://www.atrevetealeerlo.com

Libro: Apariencias que engañan

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