Si estás dudando entre autopublicar o buscar una editorial (si es que aún existen), creo que este artículo te va a interesar. He estado en los dos lados y aquí te cuento lo que aprendí a base de errores, aciertos y sorpresas.
Pero antes de empezar a leer este artículo, memoriza estos datos (luego lo entenderás todo):
- La autopublicación en España deja un 60-70 % de ganancias por la venta de cada libro, pero solo 1 de cada 10 pasa las 500 copias.
- La editorial tradicional, en cambio: el 5-10% (con suerte) de ganancia por libro según su PVP: estar en librerías multiplica por 6 la visibilidad.
- Vale la pena autopublicar si quieres control y cash-flow, editorial tradicional si buscas prestigio y canal de ventas en tiendas.
¿Lo tienes?
Ahora os voy a contar mi experiencia como escritor y el dilema con el que me encontré cuando se agotó la primera edición de mi obra.
Soy un caso excepcional: tuve la suerte de publicar mi primer poemario en una editorial tradicional y más tarde autopubliqué mi segundo y tercer libro, de narrativa, en Amazon KDP.
He estado en los dos lados. Y eso cambia bastante la forma de ver este dilema.
Tabla de Contenidos
Autopublicación o editorial tradicional: una decisión que lo cambia todo
Antes que nada: los escritores solemos pensar que nuestro libro es lo único que importa (que se publique, que se publique, que se publique…). Pero después descubres que la decisión, llegado el caso, afecta a todo: distribución, visibilidad, ingresos, control creativo y, sobre todo, a la vida real del libro una vez pasada la novedad. Es decir: nunca pensamos en el futuro de la obra.
Con el tiempo entendí que las opciones como publicación tradicional y autopublicación no son decisiones rivales, algo así como: “sistema vs independencia”. Son dos sistemas perfectamente complementarios y en ningún caso, como se suele pensar, que una simboliza el éxito y la otra la resignación.
La autopublicación o editorial tradicional son dos herramientas útiles y optar por una u otra es una decisión estratégica que depende del momento de tu carrera y de lo que estés buscando en ese punto concreto.
¿Por qué digo esto?
Publicar con una editorial tradicional: lo que funciona de verdad
Como dije anteriormente, mi primera experiencia fue con una editorial tradicional para mi primer libro. Y es raro porque mientras escribo este artículo, recuerdo (ya pasaron 15 años) que me tiré de cabeza sin pensarlo dos veces en cuanto un editor me confirmó, por teléfono, que “El sinsentido de los besos” vería la luz ese año.
Sobre esta primera experiencia (y comparando en retrospectiva mi siguiente experiencia de autopublicación), funcionó muy bien en:
1. La distribución en librerías: lo que realmente rompe el molde (por ahora)
Creo que, por sobre todas las cosas, los canales de distribución convencionales (librerías) son lo que realmente marca la diferencia en una editorial tradicional.
Y esto es importante: según el estudio Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2024, de la Federación de Editores de España, la librería tradicional sigue siendo el lugar principal de compra de libros para el 45% de los compradores en España. Si sumamos las cadenas de librerías (13,3%), casi el 60% de las compras se realizan en establecimientos físicos.
En mi caso, la editorial era de Segovia y la distribución no fue 100 % nacional, pero fue lo suficientemente buena como para estar en tiendas importantes y en grandes ciudades de España. Y vender.
Eso cambia por completo la percepción del libro y del autor. Estar físicamente en librerías sigue siendo una barrera que la autopublicación rara vez rompe.
2. El prestigio editorial y efecto arrastre que obtuvo el libro
El segundo punto fundamental fue el renombre del sello. Quienes aman este género saben que esta editorial es prestigiosa y no serán defraudados. Eso me abrió muchas puertas a eventos, entrevistas, reseñas y una visibilidad inicial que fue, sencillamente, espectacular.
Publicar así no es solo ver tu libro impreso. Es cumplir un sueño y sentir que formas parte de algo más grande.
Con el tiempo, apareció el problema del que nadie habla…
3. La vida útil del libro
Y aquí viene la parte incómoda. El peor error es pensar que una editorial tradicional apuesta a largo plazo por sus títulos. Al fin y al cabo, es lo que todo escritor quiere: construir un legado (camino) adoquinado de libros, que surgen uno tras otro…
Pero lo cierto es que pasada la primera ola de presentaciones (que me curré con una paciencia infinita), las ventas fueron decayendo poco a poco hasta que se agotan. Lo cual es normal, pero… finalmente desaparece.
Y ahí se acabó todo. Nunca hubo una reimpresión ni una distribución posterior. Cuando se acabó el stock, se acabó mi libro. Literalmente. Y yo quedé aturdido: todo había durado aproximadamente dos años.
Cada vez que me juntaba con gente que quería comprar mi libro, me sentía engañado. Se producían conversaciones absurdas como: “Oye, sí, he publicado un libro de poemas pero es que ya no existe”. Para mi era como si nunca hubiera publicado.
Esto es algo que casi nadie cuenta cuando habla de editoriales tradicionales ni aparece en ningún contrato.
Autopublicación profesional: control total, pero sin red
Como dije, quedé completamente desilusionado: insistí a la editorial en lanzar nuevas reimpresiones pero lo cierto (y lógico) es que económicamente no es sostenible invertir mucho dinero y recuperarlo poco a poco a lo largo de los años.
Cuando terminé mi segundo libro me dije ¿y ahora qué? Por supuesto, se me presentó la duda entre autopublicación o editorial tradicional…
Y qué pasó:
1. Obtuve independencia real de todos los procesos
Me fui, como dije, a la autopublicación. En mi caso, contraté servicios editoriales profesionalespara hacerlo todo, y eso marcó la diferencia. Elegí el diseño de portada que yo quería, los estilos de maquetación que yo buscaba y el ritmo de trabajo que, más o menos, fueron acordes a lo que yo quería.
Aprendí para qué sirve un ISBN, los trámites legales, el código de barra, cómo hacer una sinopsis comercial y otras cuestiones que desconocía. Reconozco que me gustó mucho esa independencia y esa libertad total para opinar y cambiar sobre la marcha: por primera vez sentía que el libro respondía exactamente a mi visión.
2. Logré más control, más responsabilidad
Pero esa libertad tiene un precio. En autopublicación no hay estructura que te sostenga si algo falla. No hay un equipo empujando detrás. Todo depende de ti, incluso cuando el trabajo editorial está bien hecho.
Tuve la suerte de contar con un equipo que se adaptó sin problemas a lo que yo quería pero, nuevamente, hay cosas que dejé pasar y las pagué más adelante: tener un nombre (o creer que tienes un nombre luego de toda la publicidad y marketing de mi primer libro), no alcanza.
Amazon KDP es un pulpo difícil de domesticar.
Y con esto vamos al:
Primer resumen general entre autopublicación o editorial tradicional:
| Factor | Autopublicación | Editorial tradicional |
| Control creativo | Total | Limitado |
| Distribución | Amazon KDP | Librerías físicas y online |
| Rentabilidad por libro | Alta (60–70 %) | Baja (5 %) |
| Prestigio inmediato | Medio (en general) | Alto (según editorial) |
| Difusión | A tu cargo | Limitada pero útil |
| Tiempo de publicación | Rápido | Lento (meses) |
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Segundo resumen basado en datos (y que puedo confirmar)
Según el último Informe de la Asociación de Editores de España (2024) que me envió una amiga escritora: el 87 % de los títulos de poesía publicados por sellos pequeños no fue reimpreso; la mitad agotó stock en 18 meses.
En autopublicación, el 68 % de los libros que contratan servicios profesionales sigue vendiendo al menos 1 ejemplar/mes tres años después (fuente: Club de Autores, datos internos 2025).
Ahora mi libro por fin era infinito (o dicho de otra forma, la tecnología POD permite que tu obra no se agote nunca), pero fue difícil lograr la repercusión y las “sensaciones reales” de verte en un escaparate… y llegado a este punto, se plantea la duda existencial del escritor: ¿Importa más que te publique una editorial donde el en dos años desaparecerás o autopublicar sin respaldo pero que tu obra persista?
Voy a intentar despejar esta duda.
Autopublicación vs editorial tradicional: tercer resumen en base a lo que aprendí desde dentro
Para ello creo que lo mejor es poner en contexto ventajas y desventajas de cada sistema.
2. Ingresos: vender menos pero ganar más
Aquí aparece una paradoja interesante. En autopublicación vendí mucho menos, pero gané más dinero. Las liquidaciones de las editoriales tradicionales —en torno al 5 %— fueron, siendo sincero, bastante lastimosas.
En Amazon, aunque el volumen fue menor y me tuve que currar mucho la gestión de precios (territorios y todo eso), el margen fue muy superior. Esto cambia completamente la percepción del éxito y, nuevamente, sentí que había tomado el camino correcto.
En este sentido, pese a que los canales de venta en tienda siguen siendo fuertes, en el mismo estudio de la Federación de Editores de España se ilustra algo que también debemos señalar: internet no para de crecer y se consolida como el tercer canal de compra más utilizado, con un 26,3% de los compradores eligiendo esta vía. Es, además, el canal preferido por los lectores más jóvenes (de 25 a 34 años).
2. Un proceso frío y sin ruidos
Como dije anteriormente, pensé que mi nombre sería suficiente para empujar a lectores que ya me conocían. Venía de publicar en una editorial tradicional y la autopublicación me pareció el paso obvio para ganar más.
Pensé, con cierta inocencia, que Amazon sería mi gran aliado y los lectores, “mis lectores”, solo debían pasar por caja.
Sin embargo, descubrí que sin marketing para escritores, seas quien seas, no es suficiente. Da igual tu trayectoria o dónde hayas publicado antes: si no hay una estrategia de visibilidad, el libro no se mueve porque Amazon posee una dinámica de rotación y visualización caprichosa. Las reseñas y los algoritmos mandan pero tu no mandas sobre ellos.
Errores frecuentes al elegir entre autopublicación o editorial
Creo que gran parte de mi experiencia de autopublicación es universal: muchos hemos pasado por lo mismo y en base a eso voy a listar algunos errores cometidos, a ver si podemos ayudar a otros escritores a reflexionar un poco mejor a la hora de tomar una decisión y sobre todo quitarse algunas fantasías:
- Idealizar la editorial tradicional
Las editoriales no siempre tienen políticas de reimpresión ni planes a largo plazo para cada título. Idealizarlas lleva a frustraciones innecesarias.
Aunque muchos autores “matan” por ser publicados por una editorial (y más si es una que ellos mismos admiran), lo mejor es pensar, evaluar qué conviene mejor en cada etapa de tu carrera.
- Creer que la autopublicación es automática
Autopublicar no es subir un archivo y esperar. Requiere inversión, criterio y marketing constante. Pero sobre todo requiere aprender todo desde cero. Aunque en mi caso contraté profesionales, luego tienes que tomar decisiones vitales y por ello debes entender a la plataforma.
- Pensar que el nombre sustituye al marketing
Este fue, sin duda, mi mayor error. El nombre (o en cualquier caso, la calidad de una obra) no sustituye al trabajo de difusión editorial. En este sentido, para muchos escritores noveles que publican su primera obra y son completamente desconocidos, esto es mucho más importante aún.
No sé porqué me asombro. En el mundo del libro hay miles de ejemplos sobre ello. Sigue habiendo cierto aspecto mágico en los libros, que incluso ni la mayor maquinaria de marketing del mundo puedo descubrir. El mejor ejemplo es el caso de María Dueñas, que luego de vender más de 10 millones de ejemplares con El tiempo entre costuras, Misión Olvido (su siguiente obra), la editorial Planeta lanzó una campaña de marketing sin precedentes en la historia y una tirada inicial de medio millón de ejemplares.
Sin embargo, los datos de portales de lectores como Goodreads muestran una caída en la calificación media respecto a su debut, y la conversación social disminuyó. Esto demuestra que, aunque la editorial te garantiza visibilidad, el lector es quien decide la trascendencia. Y esto, amigos míos, sigue yendo a misa.
Entonces, ¿qué es mejor: autopublicación o editorial tradicional?
Después de haber pasado por ambos modelos y haber expuesto mis experiencias, mi conclusión es clara: no hay una respuesta universal. Creo que, pese a los errores, he tomado las decisiones naturales para cada fase de mi carrera. Y sin ir más lejos, lo volvería a hacer. A ver, piensa en esto:
- Si buscas prestigio, distribución en librerías y validación externa, la editorial tradicional sigue teniendo mucho sentido.
- Si buscas control creativo, mayor rentabilidad y una vida larga para el libro, la autopublicación bien hecha es una opción muy seria.
Pero más allá de eso, pese a sentirme abrumado por los algoritmos, por la soledad de llevar un proyecto editorial solo, por tener que haber aprendido y pagado por cada fase, hoy mi libro está allí, en Amazon, disponible para todo el mundo gracias al sistema de Impresión Bajo Demanda.
Cada vez que llega el mail “Se ha vendido un ejemplar” pienso: “Seguirá siendo mío y ya no dependo de otros”. Y eso, dentro de todo, es una maravilla.
Lo importante es saber qué estás sacrificando y qué estás ganando en cada caso.
Preguntas Frecuentes
¿Puedo autopublicar y luego pasar a una editorial?
Sí, y de hecho es más común de lo que parece. Muchas editoriales están abiertas a reeditar libros autopublicados si han tenido buena acogida o si el manuscrito tiene calidad y potencial. Eso sí, no te garantiza nada: el hecho de haber autopublicado no asegura el salto a una editorial tradicional.
Lo que realmente marca la diferencia es que la obra esté bien editada, haya tenido cierta visibilidad y muestre que el autor ha trabajado su marca personal. A veces, un libro autopublicado puede ser tu mejor carta de presentación.
¿Cuánto cuesta realmente autopublicar bien?
Depende de muchos factores, pero si lo quieres hacer bien (con corrección profesional, maquetación, portada de calidad, ISBN, etc.), el coste suele rondar entre 700 € y 1.500 €.
Puedes abaratar algunas cosas, pero lo esencial —la calidad del texto y del diseño— no debería dejarse al azar.
En mi experiencia, cuando se recorta demasiado en estos aspectos, se nota… y el libro pierde fuerza incluso antes de empezar a moverse. Creo que esa es la única línea rojo que ya no pasaría: ahorrar en la calidad y edición de la obra.
A modo de breve conclusión
La autopublicación y la editorial tradicional no son enemigas. Pueden convivir perfectamente en una misma carrera. Yo soy prueba de ello.
Elegir una u otra no garantiza el éxito, pero entender bien sus límites y posibilidades evita decepciones. Y eso, cuando se trata de publicar un libro, ya es mucho.
Creo que ambos sistemas tienen luces y sombras pero, desgraciadamente, el futuro sigue estando en internet y en la autopublicación (es más rápida, más económica y cada vez cuenta con mejor tecnología) y sobre todo en pocas manos: tres cuartas partes de las ventas de eBooks (75%) se realizan a través de Amazon (Kindle), Apple (Apple Books) y Google (Play Libros).
Creo que ya tienes un panorama completo. Ahora, céntrate en escribir tu próximo libro.

