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Reseña sobre ‘La soledad parental de los hijos únicos’, de Juan Rafael Lorca

Socio de la SGAE y autor teatral, Juan Rafael Lorca publica su nueva obra narrativa: La soledad parental de los hijos únicos. En ella, relato y ensayo se unen para “fotografiar la palabra”, tal y como define el autor; es decir, para reflejar sentimientos de ayer, de hoy y de mañana que están presentes en todas las personas.

La soledad parental es una cara de la soledad obligada. Una circunstancia ineludible que, si además se cruza con otras soledades familiares, como es el caso, puede dar lugar a un individuo de comportamientos extraños.

Siempresolo es al principio un niño dependiente total de su madre; luego, un chaval apartado en su clase por no compartir con sus compañeros los juegos familiares. Y, por último, un adulto incomprendido que tuvo que fabricarse un mundo mental con sus primos y amigos donde, a modo de una representación de teatro, supo encontrar el mundo que le había negado la vida.

¿Una vida real o ficticia? –se acabaría preguntando.
–No lo sé –respondió–. Pero lo que sí puedo asegurar es que, si los que nos creemos cuerdos la llamamos vida y no somos felices, entonces, ¿por qué no vivirla de otra manera?

A través de la separación del protagonista entre su yo y su otro yo, La soledad parental de los hijos únicos nos hace reflexionar sobre la importancia de hablar con uno mismo, de reconocerse, entenderse, encontrarse y también de abrirse al mundo. Siempresolo no tiene primos ni hermanos, y no es capaz de hacer amigos; se ha quedado atrapado en su burbuja privada. Y ahí encontramos a la otra parte, a aquellos que observan desde fuera sin tender una mano. Contrasta que seamos animales sociales con el hecho de que cada vez nos refugiamos más en nuestro otro yo, pues tenemos más inseguridades y, a veces, no nos paramos a conocer a las demás personas. Huimos de forma constante y automática como Siempresolo lo hace de su realidad.

Según avanza el libro, vamos entrando en un magnético juego donde nuestra persona y nuestra conciencia también se transforman en entes diferentes, dando forma, dando cuerpo a esa otra parte de nosotros que queda oculta en el interior. Con nuestro otro yo, compartimos secretos y preguntas que no queremos o no podemos exteriorizar; es nuestro confidente.

El relato casi se convierte en un ensayo, pues cava un profundo camino hasta las raíces de Siempresolo, hasta su angustiosa soledad y los motivos que le llevaron a crearse su mundo imaginario. Pero, al mismo tiempo, propone una interesante reflexión sobre ese desdoblamiento del yo, subrayando su importancia en la vida diaria de cualquier persona. La narrativa pura se mezcla con la autoayuda en una suerte de monólogo teatral, el cual nos trae ciertas reminiscencias de representaciones como Non solum: un espectacular Sergi López interpreta a un hombre que se multiplica en distintas personalidades para divagar por temas existencialistas en tono de comedia.

Esta diversidad de géneros y construcciones narrativas es la marca imborrable de la versatilidad de Juan Rafael Lorca y hace más entretenido el libro: a veces, nos hallamos analizándonos a nosotros mismos; otras, somos espectadores de una obra que podría ser la nuestra, donde nos reflejamos en Siempresolo. El protagonista es rico, simpático y enternecedor, nos deja acceder a su interior y nos lo creemos.

El autor emplea un lenguaje sencillo para exponer los temas, de manera que permite entrar de lleno al contenido sin barreras que dificulten la lectura o florituras que resten sentido y profundidad. Además, hay que aplaudir su destreza para construir una obra coral pariendo de un único personaje “físico”, que no es ni más ni menos real que los otros. Lo que prima, la intención de Juan Rafael Lorca es reflejar sentimientos universales para que los lectores podamos vernos en la vida de los personajes y compartir con ellos la experiencia como uno más, olvidándonos de los límites materiales impuestos por el libro y por el aquí y ahora hasta que solo quede un reconfortante buceo por la historia.


  • Nombre: Juan Rafael Lorca Gutiérrez.
  • Género: novela, autoayuda.
  • Bio: Juan Rafael Lorca nació en Montefrío (Granada) el 5 de marzo de 1942. Funcionario de profesión (ya jubilado), tiene dos hijos y es socio de la SGAE como letrista y autor teatral. Actualmente, reside en Jaén. Juan Rafael Lorca escribe con el corazón para el corazón de la gente, con lenguaje sencillo y directo para que todos lo entiendan. Se autodefine como un “fotógrafo de la palabra” que gusta de reflejar sentimientos de ayer, de hoy y de mañana que le ocurren a todas las personas. En novela, ha escrito Crónicas de la mili, Ecos de la posguerra, El mesón de los sin pareja y La justicia del tiempo. También ha publicado tres libros de poesía: Poesías de un soldado, Soldado raso y Versos de interior. De igual forma, ha hecho incursiones en el mundo del teatro, siendo autor de varios libretos de zarzuelas y comedias como La familia de don Ernesto, La marcha sigue, El último que se entera o Sentenciados por su conciencia. La soledad parental de los hijos únicos es su nueva novela, a medio camino entre la narrativa y el teatro.

Libro: La soledad parental de los hijos únicos

 La soledad parental de los hijos únicos

Disponible en:

 

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