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Entrevista a María del Mar Álvarez, autora de «Camino al Paraíso»

Encantada de poder saludarte, Marimar. Acabas de publicar Camino al paraíso, un único volumen donde recoges dos de las primeras de tus novelas, A la conquista de tu corazón y No me rendiré. ¿Cuál es el motivo de recuperarlas ahora? ¿Existe algún vínculo especial con ellas que no tengas con tus otros libros?

El placer es todo mío.

Camino al Paraíso nació como un único volumen, el cual presenté a un concurso literario allá por el año 2014, del que acabó siendo, contra todas mis expectativas, unos de los diez finalistas de entre ciento setenta y pico manuscritos (premio RNR-Vergara de novela romántica). Animada por el resultado, contacté con una pequeña editorial que aceptó publicarla, si bien me pusieron como requisito dividirla en dos partes a causa de su extensión. De ahí surgieron A la conquista de tu corazón y No me rendiré.

Pero la experiencia, si bien me ayudó mucho a iniciarme en este mundillo, no terminó de convencerme, así que la editorial y yo decidimos de mutuo acuerdo rescindir el contrato. Sin embargo, siempre he creído en el potencial de Camino al Paraíso, así que, tras probar el sistema de autopublicación con otras novelas, me he animado a darle una nueva oportunidad, porque creo sinceramente que la historia lo merece. Eso sí, recuperando su título original, que siempre fue mi preferido.

En cuanto a la vinculación que me une a esta historia, siempre he dicho que para mí es la más especial de todas las que he escrito hasta la fecha; quizás porque fuera la primera, quizás porque la historia de sus personajes, de manera inconsciente, llevan mucho de mí… No lo sé con exactitud, pero sí puedo decir con seguridad que es y será siempre la más especial de todas.

 

En Camino al paraíso describes con insólita viveza los viajes que en su momento llevaron a cabo los primeros exploradores del Nuevo Mundo. ¿Te resultó difícil construir el entorno de los protagonistas? ¿Cómo surgió la idea de situar la historia en este periodo?

La trama surgió viendo una noche un documental en el canal Historia con mi marido. A raíz de un comentario inocente sobre lo intrépido de aquellos primeros expedicionarios, la historia empezó a formarse en mi cabeza y ya no la pude parar. Además, me resultaba atractiva la idea de escribir sobre una época destacada de la historia de España.

Soy lectora de romántica desde que era una adolescente. Muchas de esas novelas que leía estaban ambientadas en la Inglaterra de la época victoriana, y me resultaba un tanto chocante que, teniendo España una historia tan rica y hermosa, no se aprovechase ese filón para recrear más novelas de este tipo. Camino está ambientada en el descubrimiento de América, pero bien podía haber sido en la época romana, o en la visigoda, o en la reconquista, o en la defensa de Cartagena de Indias ante los ingleses. Hay tanta historia en la que poder ambientar una novela que me parece una pena que esté tan desaprovechada.

En cuanto al trabajo de documentación, he de reconocer que fue arduo, pero también gratificante. Lo cierto es que es una novela que escribí para solo para mí, por diversión, sin pensar nunca que algún día pudiera ver la luz, por lo que la fase de documentación fue lenta, ya que me lo tomé con mucha tranquilidad (solo tardé seis años en escribir la novela).

 

Las personalidades antagónicas de Javier y Manuel parecen esenciales para hacer avanzar la trama. Sin embargo, ¿crees que, en cierta medida, cada uno de ellos tiene también algo del otro? ¿Es Manuel un completo desalmado y Javier un completo caballero?

Ambos personajes han crecido juntos y se han formado por igual. Pero si bien Manuel, por ser hijo de quien es, es un hombre que tiene el futuro resuelto (al menos en principio), Javier se toma más en serio su profesión, consciente de que ha de ser su sustento en la vida. No creo que sean tan antagónicos; simplemente han crecido teniendo claro cual es la posición de uno y de otro y son consecuentes con su forma de ver la vida.

¿Si Manuel es un desalmado? Pareciera que sí, ¿verdad? Pero a pesar de que muchas de mis lectoras me han dicho que es un personaje odioso, creo que toda persona puede redimirse de sus errores si su arrepentimiento y su afán de reparación es sincero.

¿Qué si Javier es un completo caballero? Por supuesto que sí; de lo contrario no sería mi protagonista preferido.

 

No obstante, podríamos decir que la verdadera protagonista es Mariana, que es la que inicia toda la aventura. ¿Por qué crear un personaje femenino tan atrevido?

Soy consciente de que la personalidad de Mariana no casa con el prototipo de mujer de finales del siglo XV, donde el hombre disponía y a la mujer no le quedaba más remedio que obedecer (primero sometiéndose a los mandatos de su padre y después a los de su esposo). Pero eso no quita que hubiera también mujeres rebeldes e inconformistas en cualquier época de la historia, y Mariana es una de ellas. No se conforma con el compromiso que su padre ha concertado con la familia Espinosa, y hará todo cuanto esté en su mano para luchar por alcanzar su felicidad, sin importarle lo que tenga que sacrificar a su paso.

 

¿Hay una Mariana de Balboa en ti?

Esta es una pregunta curiosa que ya me han formulado en más de una ocasión. Y aunque siempre que me la hacían contestaba que no, hubo un amigo que me hizo un comentario que provocó que me replanteara la respuesta. No es que me considere especialmente atrevida (de hecho, no lo soy), pero sí hay rasgos del carácter de Mariana que podría identificar en mí, como se encargaron de hacérmelo ver. Por eso, en la primera pregunta, comenté que inconscientemente hay algo de mi en esta novela. Al ser la primera novela que escribí, supongo que volqué en ella parte de mi carácter sin que me diera cuenta, pero no me arrepiento de ello.

 

Como sevillana, ¿sientes algo especial al pensar en que tu ciudad fue el epicentro de todas aquellas primeras expediciones que marcarían el final de una época para Europa?

Nunca me lo planteé hasta que me enfrenté a la documentación de esta novela. Fue entonces cuando empecé a ver con otro prisma partes de la historia que afectaban a mi ciudad y en la que no había reparado. Como he dicho antes, la historia de España es muy bonita y sería interesante que, a través de las novelas, se hiciera llegar al público.

 

Eres una experta en el mundo de la autopublicación. ¿Qué te llevó a ello? ¿Prefieres la autoedición antes que comprometer tus libros bajo un sello editorial?

Bueno, tanto como experta… Todavía tengo mucho que aprender, y aspectos en los que debo mejorar, pero todo llegará (o eso espero).

Me metí de lleno en la autopublicación con mi novela Al Sur. Por aquel entonces ya tenía mis dudas con la experiencia que estaba teniendo con la editorial con la que había sacado Camino (en su versión de dos volúmenes), y un día decidí liarme la manta a la cabeza y probar con este sistema de publicación. Pensé que, si me iba mal, no tenía nada que perder, más que la moral; pero si iba bien, el resultado redundaría en mi beneficio. No creo que nadie desconozca los márgenes tan pobres que cualquier editorial concede de regalías al autor sobre su obra. Es cierto que la labor que realizan tiene un coste, pero que el escritor solo se quede con un triste 15 o 20 % de beneficio me parece escaso, sobre todo cuando las cláusulas que se indican en el contrato de edición no se cumplen como debieran.

Sinceramente, no creía que Al Sur fuera a funcionar tan bien… Recuerdo que la primera vez que lo vi entrar en el top100 de Amazon, no me lo podía creer. Así que, más que contenta con el resultado, decidí repetir con Un Okupa en mi corazón y después con Viernes de Pecado. Reconozco que he tenido suerte y que estoy satisfecha con los resultados obtenidos. No es que hayan sido bestsellers, pero yo me siento feliz y eso es con lo que me quedo: con la buena acogida de los lectores y con mi satisfacción personal. Así que, ¿por qué no continuar con este sistema?

Ojo, eso no significa que nunca más vuelva a ir con editorial si la situación se plantease, pero, por el momento, me siento cómoda con este sistema y no tengo previsto cambiarlo.

 

Dices que el género romántico es tu preferido. ¿Qué te aporta? ¿Qué tiene de particular que hasta te empujó a hacerte escritora?

La respuesta es simple: me hace soñar despierta y me siento feliz con las historias que leo. En mi casa siempre ha habido muchos libros, y mi madre era una ávida lectora, principalmente del género romántico (aunque ella leía de todo). Me aficioné a la literatura con este género, y como no disponía de mucho tiempo para dedicárselo a la lectura a causa, primero de los estudios, después del trabajo, no me arriesgaba con otro género cuando para mi la romántica era un valor seguro.

Me solía ocurrir que, muchas veces, empezaba a fantasear con finales o tramas alternativas de las novelas que leía. Y de ahí a crear mis propias historias solo había un paso. Descubrí que, además de leer, también disfrutaba y me entretenía escribiendo, como una afición más de entre tantas otras. Y dado que mis lecturas eran del género romántico, estaba predestinada a que lo que escribiera fuera de carácter similar, aunque en el caso de Camino no quería obviar el trasfondo histórico, que también me resultaba muy interesante. De hecho, hay quien me ha dicho que podría catalogarla tanto como novela romántica como de novela histórica, y quizás tenga razón.

 

Tienes muchísimas aficiones, Marimar, ¿tienen la escritura y la lectura una posición privilegiada con respecto a las demás? ¿Qué significa la literatura para ti?

Sin lugar a dudas. Ambas son prioritarias para mí, pero no son las únicas. También me gusta el deporte (especialmente el patinaje), pero cada afición tiene su momento. La lectura y la escritura lo dejo para las noches, cuando ya estoy en casa tranquila y mis hijas se han ido a dormir. Es entonces cuando encuentro en estas dos aficiones la relajación que necesito para desconectar de las actividades habituales del día a día (el trabajo, la casa, la familia…).

La literatura es para mí como un remanso de paz, aunque, por desgracia, no le puedo dedicar todo el tiempo que quisiera.

 

¿Qué es lo que esperas que tus lectores saquen de la lectura? ¿Hay algo que quieras decirles antes de terminar la entrevista?

Solo quiero que disfruten, que se diviertan, y si de paso les sirve para aprender un poco sobre una concreta época de la historia, pues mejor. Cuando termino una novela, me gusta llegar a la palabra «fin» con una sensación de placidez interior, o de felicidad, o de satisfacción… Y me gustaría que mis lectores, cuando finalicen alguna de mis historias, tengan la misma sensación.

Solo me resta decirles que me gustaría que le den una oportunidad a Camino. Soy consciente de que el género histórico no es fácil (sobre todo cuando no va ni de época victoriana, ni de guerra civil, ni de guerra mundial), pero creo que es una historia hermosa que merece la pena leer. No soy la persona más adecuada para vender las bondades de mi novela (es obvio que no puedo ser objetiva y, además, como comercial¸ soy completamente nefasta), pero creo en Camino y lucharé por ella siempre que pueda. Ya no está en mis manos, sino en la de mis lectores, y deseo de corazón que la disfruten tanto como la he disfrutado yo al escribirla.

Muchas gracias por la entrevista.

 


  • Nombre: María del Mar Álvarez
  • Género: novela romántica
  • Bio: Nací en Sevilla hace 45 años, aunque, hoy por hoy, cuando me preguntan de dónde soy, suelo contestar que tengo la fortuna de ser de dos tierras diferentes: me considero sevillana de nacimiento y gaditana por casamiento, ya que actualmente tengo mi residencia establecida en El Puerto de Santa María (Cádiz), donde he formado mi familia y donde me encuentro muy feliz.Respecto a mis estudios, me licencié en Derecho por la Universidad de Sevilla, aunque no tardé mucho en darme cuenta de que las togas y los tribunales no iban a ser lo mío. Tras trabajar en la empresa privada, conseguí aprobar unas oposiciones en la Diputación de Cádiz, donde sigo trabajando actualmente.En cuanto a las aficiones, el refrán de «quien mucho abarca, poco aprieta» me viene como anillo al dedo. Me gusta el deporte, la música, la pintura, el cine, los viajes, la naturaleza, las manualidades y mil cosas más, lo que supone que, en definitiva, quiera hacer de todo, pero no sepa de nada.Por supuesto, he dejado en un punto y aparte dos de las aficiones que considero de las más importantes: la lectura y la escritura. Como casi el 90% de las escritoras, antes de convertirme en proyecto de tal, he sido (y soy) lectora (a veces empedernida, a veces no).

    El primer libro de novela romántica cayó en mis manos siendo una adolescente, convirtiéndose desde entonces en el principal (por no decir casi el único) género que leo, el que me evade de la rutina y el que me hace soñar despierta. No me resultaba fácil crear ficciones paralelas o finales alternativos de aquellos libros que leía y releía, hasta que un día, sin más, empecé a crear mis propias historias. Debido a mi timidez y a mi inseguridad, siempre me ha resultado más fácil expresar o exponer mis emociones o mis pensamientos a través de un folio en blanco que de palabra, así que cuando empecé a escribir encontré el cauce perfecto para dar salida a todos esos relatos que bullían en mi cabeza.

    Jamás imaginé que tales historias pudieran ver algún día la luz, pero el destino a veces es caprichoso y nunca se sabe las vueltas que da la vida. Y hoy por hoy, una vez dado el primer paso (que es el más difícil), no tengo intención de volver atrás. La vida es una sola y hay que disfrutarla al máximo. Y si es haciendo aquello con lo que una disfruta, solo cabe decir: ¡Adelante!

  • Libro: Camino al Paraíso 

Portada Camino Ebook

Disponible en: Amazon 

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