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Entrevista a Luis Miguel Muñoz Rojo, autor de «El hombre insatisfecho»

¡Bienvenido a Tregolam, Luis Miguel! Estamos encantados de tenerte aquí y de conocer más sobre El hombre insatisfecho (Edición Punto Didot). En tu nueva novela, dividida en cinco partes, tratas el tema de la insatisfacción del hombre, sus causas, sus consecuencias y sus posibles soluciones mediante reflexiones, un poco de fantasía y una pizca humor.

Cuéntanos, ¿de dónde te surgió la inspiración para escribirla?

Lo primero que escribí fue «El relato del macaco», inspirado en una obra de Francisco Ayala. Lo hice casi sin respirar, como suelo hacer siempre al comienzo. En este momento soy lo que se suele llamar un escritor de brújula. La historia y los personajes empujan mi pluma sobre el papel o escriben en el teclado. Una vez terminada la historia pienso en cómo continuarla y planifico el resto. En este caso observé que el relato era una reflexión sobre la inmortalidad. Esto lo enlacé con la preocupación que, en esos momentos de covid, me embargaba. Podíamos, con nuestra acción u omisión, acabar con la vida en el planeta: el cambio climático, una hecatombe nuclear, una pandemia… Reflexioné sobre las causas, la insatisfacción del hombre y su pulsión autodestructiva, y cómo aliviarlas: la inmortalidad, el poder, la sabiduría, el placer… Y de ahí nació la fábula.

 

Es una narración fresca, ágil y muy sorpresiva, con unos temas muy profundos y actuales. A grandes rasgos, ¿cómo la definirías?

Yo diría que es una obra de ficción moderna, trata de temas actuales con un toque de humor. Como los buenos vinos, al final, te deja un gusto amable que, poco a poco, con la reflexión, va convirtiéndose en un sabor más profundo y amargo, aunque termina con un rayo de esperanza.

 

El libro cuenta con una preciosa cubierta y unas excelentes ilustraciones de la mano de María Pérez Fraile. Estas presentan cada una de las partes que lo componen. ¿Cómo ha sido trabajar con ella? ¿Tenías pensado ilustrar la obra desde el principio?

Con María ya trabajé en mi anterior publicación, ¡Leed, malditos!, donde ilustró los siete relatos que la componían y la portada. Es fácil entenderse con ella, es una mujer entusiasta, con un temperamento fresco y artístico. Se implicó desde el inicio y los resultados fueron espectaculares, así que decidí desde el primer momento volver a colaborar con ella y los resultados han vuelto a ser excelentes. Su visión de la obra y sus aportaciones la enriquecen.

 

El tema principal es la infelicidad del ser humano. ¿Por qué decidiste escribir sobre ella? ¿Es posible alcanzar la felicidad plena? ¿O estamos abocados a la desdicha?

El tema es la infelicidad del ser humano y las consecuencias que puede provocar su locura cuando no es capaz de ser feliz. ¿Es posible alcanzar la felicidad plena? Es difícil, pues al hombre casi nunca le vale lo que consigue, siempre quiere más. Eso nos sirve para progresar, pero, a la vez, nos produce una gran insatisfacción. Al final de la novela aparece un rayo de luz en el túnel, aunque hay que leerla para descubrirlo.

 

Otro de los temas de la novela es el dilema ético de la manipulación genética. Esto es cada vez más una realidad. ¿Hasta dónde crees que será capaz de llegar el ser humano? ¿Cuándo se supera la barrera de la moralidad?

Esa es una de las reflexiones que se proponen y que cada uno debe contestar. Los avances en la ciencia, que nos han llevado a un continuo progreso, siempre han tenido un cuestionamiento ético. Pero, si hubiéramos obedecido a este, aún estaríamos en las cavernas. Por otro lado, es posible que en algún momento lleguemos al borde del abismo y no sea conveniente dar un paso adelante.

 

También se explora la dualidad del amor y el sexo desde distintos puntos de vista. ¿Cómo influye la moral de los personajes en el trato de ambos?

En casi todos los relatos hay una dialéctica entre la moral y el placer y en cada caso se resuelve de distinta forma, como la vida misma. Es necesario leerlo y tomar partido. O no, quizá solo haya que leerlo y disfrutarlo.

 

La existencia, la sabiduría, el poder, el placer…, nada puede sacar al hombre de su miseria autoimpuesta. O puede que sí. ¿Qué esperas que los lectores saquen de la lectura?

Estos temas tan serios, además de la vida y la muerte, el bien y el mal, el pecado, Dios y el diablo, están tratados a veces con un humor agridulce que nos permite una lectura lúdica. Pero también nos permite reflexionar sobre ellos, si queremos, y sacar nuestras propias conclusiones.

 

El hombre insatisfecho presenta referencias de grandes autores como Poe, Cervantes, Homero, Joyce, Vargas Llosa, Valle Inclán o Saint-Exupéry, entre otros muchos. ¿Consideras a todos ellos una fuente de inspiración? ¿Cómo han influido en esta obra en concreto?

Todos los autores que nombras influyen en mi obra en general y en concreto en El hombre insatisfecho. Los crímenes de la calle morgue de Poe, inspira el final de «El crucigrama», relato ganador del concurso La manzana del pecado en la tercera parte. Travesuras de la niña mala, Los cuadernos de Don Rigoberto y Elogio de la madrastra, de Vargas Llosa, impregnan esta misma historia. El relato «El marqués» nos puede recordar a alguna sonata de Valle Inclán. El cuento del león en la segunda parte nos puede sugerir algún pasaje de El principito de Saint-Exupéry. Joyce y Homero transpiran en «La odisea de Juan» y Francisco Ayala en «El relato del macaco», pero también La granja de los animales de Orwell. Y Bioy Casares en el tono general de la obra.

 

En la obra aúnas diferentes técnicas y estilos: cambio de narración, metaficción, in media res, etc. ¡Es muy original! ¿Te ha resultado complejo introducirlos en tu proceso creativo?

Suelo escribir así, trabajo mucho el estilo: cómo comenzar; de qué forma conquistar y mantener el interés en toda la narración; cómo facilitar la lectura, a pesar de los giros y cambios; qué narrador y qué referencias utilizar; cómo hacer que fluyan los diálogos y, sobre todo, los finales. Unos finales que nos hagan reflexionar.

 

En los últimos 10 años has publicado cuatro colecciones de relatos («Con tinta de calamar», «Cuentos dementes», «Cuentos en la mansión de los buenos humos» y «¡Leed, malditos!») y dos novelas (El año de las lluvias y Del Guadalquivir al Misisipi). ¿Cómo ha evolucionado tu estilo desde tus inicios? ¿Has notado algún cambio en el panorama editorial desde entonces?

En cuanto a la primera pregunta, no cabe duda de que mi estilo ha ido perfilándose y perfeccionándose con el tiempo, la práctica y el estudio. Me he ido formando en distintos talleres, he leído mucho y, sobre todo, de otra forma. He intentado ver cómo escriben los grandes maestros. Mis textos han mejorado gramatical y sintácticamente, pero siempre tratando de mantener lo que tenían de buenos desde el principio: imaginación, erotismo, juegos de palabras, ironía, humor y una visión de la realidad influida por los sueños, las pesadillas, esa frágil realidad que hay en el tránsito entre la vida y la muerte, entre la vigilia y el sueño, entre la memoria y el olvido. También ha habido una clara evolución desde los relatos más cortos hacia los más largos o las novelas.

En cuanto a lo segundo, no he visto un gran cambio en la edición tradicional.  Sigue su proceso de concentración y continúa siendo muy complicado acceder a ella. Priman aquí criterios económicos, lo cual es lógico, pues son empresas privadas que tienen que ganar dinero. Quizá desde lo público se pudiera impulsar un modelo alternativo que complemente a este. Sí parece estar habiendo una gran evolución en la autoedición y la edición digital que permiten mantener la esperanza a autores noveles o desconocidos de que los lean.

 

Esta es tu séptima publicación, pero seguro que no es la última. ¿Estás planificando alguna nueva obra?

Claro, no puedo dejar de inventar y escribir historias. Sigo escribiendo relatos, tengo en la cabeza una novela de ciencia ficción, que he comenzado, pero que aún tengo que desarrollar, y el proyecto de reescribir y volver publicar El año de las lluvias, mi segundo libro y primera novela. Es la más femenina de mis obras y trata el tema del maltrato y la relación entre un escritor y su alumna.

 

Antes de despedirnos, ¿te gustaría dedicarles unas palabras a los lectores?

Todas mis palabras están dedicadas siempre a los lectores, pero sobre todo un eslogan que ya reconocen quienes me conocen: ¡Leed, malditos! No hay un placer igual al de la creación, y tanto crea el que escribe como el que lee.

 

¡Muchas gracias por tu tiempo, Luis Miguel! Te deseamos mucho éxito con tu nuevo proyecto. El hombre insatisfecho ya disponible en librerías.

 


  • Nombre: Luis Miguel Muñoz Rojo
  • Obra: El hombre insatisfecho
  • Género: ficción contemporánea
  • Sinopsis: Un accidente nuclear, los efectos del cambio climático ¿Será capaz el hombre de acabar con la vida en el planeta con su pulsión autodestructiva, o conseguirán acabar con su insatisfacción los dones que se le ofrecerán: la inmortalidad, la sabiduría, el poder, el placer? Con humor, ironía, sarcasmo, amargura a veces, el autor nos sumerge en los temas recurrentes de sus escritos: el amor y el sexo, la muerte y la vida, el más allá, el pecado, dios y el diablo, el bien y el mal, los sueños y las pesadillas.El marqués de Bradomín enamorado, un particular Ulises irlandés en su odisea nocturna, Picasso y sus mujeres, Hemingway en la sabana, García Lorca, Freud, Adán y Eva, monjas, frailes, sacerdotes, Dios y Lucifer, un asesino en serie, un viudo impaciente, una alfombra mágica, macacos y científicos, el rey de la selva, una lechuza de hermosos ojos en la noche sevillana, un cuervo y un condenado a muerte, una serpiente con aspiraciones literarias, entre otros, deambulan por estas páginas con sus historias y sus reflexiones.

    El hombre insatisfecho es una novela que trata temas de actualidad. Fresca y divertida, al terminar su lectura, nos deja en el paladar ese regusto profundo y persistente que, como pasa con los buenos vinos, nos hace recordar el sotobosque, los frutos rojos, el regaliz y el cuero. ¡Leed, malditos!

  • Biografía: Luis Miguel Muños Rojo (Sevilla 1959). Estudia en la Escuela Francesa, en varios institutos de la ciudad y en la universidad hispalense. Reside entre otras ciudades en Granada, Segovia, Madrid, Barcelona, Olite y Cáceres. Es un enamorado de Paris. Viajero incansable recorre por motivos profesionales o de ocio toda España y varias ciudades europeas y americanas que después han ido apareciendo en sus relatos. Sus escritos están llenos de guiños a sus escritores favoritos: Homero, Cervantes, Antonio Machado, Valle Inclán, Poe, Cortázar, Hemingway, García Márquez, Vargas Llosa. Su escritura actual, fresca y rápida; sus relatos, divertidos, aunque también nos hacen reflexionar sobre los grandes temas: la muerte y la vida, el seso y el sexo, el amor y el humor, y el roce y el rezo. Ha publicado los libros: Con tinta de calamar, relatos, en 2012; El año de las lluvias, novela, en 2013; Cuentos dementes en 2015, Cuentos en la mansión de los buenos humos en 2017, Del Guadalquivir al Misisipi, novela, en 2018, y ¡Leed, malditos!, relatos, en 2021.
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  • Ilustradora: María Pérez Fraile
  • Biografía de María Pérez Fraile: Nace en Madrid el cinco de febrero de mil novecientos ochenta y nueve. Estudió bachillerato artístico, luego hizo un grado superior en amueblamiento (diseño de interiores). Poco después su carrera profesional hizo que se formarse como maquilladora, para ejercer como tal durante seis años.María y el arte siempre han estado muy conectados, probando diferentes ramas. Actualmente lleva un año ejerciendo como tatuadora. Dibujar todo lo que pasa por su mente es su pasión.

El hombre insatisfecho portada

Disponible en: Amazon, Agapea, Bookshop.org, Imosver, Argot, Papelería El Quijote, Librería Yume, Librería Alba, Fnac

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