Entrevista a Íñigo Usabiaga Gervas, autor de «El pensador»

¡Hola, Íñigo! ¿Cómo estás? Es un placer tenerte en Tregolam. Hoy vamos a hablar sobre El pensador (Editorial Universo de Letras). En esta obra analizas cómo conocerse a uno mismo y el sentido de la vida mediante reflexiones, frases y pequeñas historias con moralejas.

Este es tu debut literario. Cuéntanos, ¿cómo ha sido la experiencia?

Ha sido una experiencia interesante. Empecé escribiendo con 26 años con la idea de dar forma a un libro, hablando de filosofía y de la sociedad en la que vivimos. Se me hace complicado escribir un libro organizado y estructurado, pues mi pensamiento es más espontaneo, a veces, quizás, caótico. Sin embargo, estoy satisfecho con el resultado, y el proceso de publicarlo con Universo de Letras ha sido muy satisfactorio. Con toda la ayuda que me han brindado, he sentido que han hecho un trabajo excelente.

El pensador es el resultado de un largo recorrido personal. ¿Por qué has decidido exponer tus reflexiones al mundo?

Desde que era pequeño, me gustaba cuestionar las ideas que mis padres trataban de transmitirme. Trataba de aportar mi propia visión, siempre con un ánimo constructivo. De alguna manera, esto se ha dado toda mi vida. Me gusta hablar a la gente de ideas, de formas de pensar, sobre todo, cuando estas son positivas y eficaces. Creo que soy un «chapas» por naturaleza, qué le voy a hacer. En mi juventud, me retraje en mí mismo y dejé de compartir estas ideas. Ya alcanzando la treintena, pensé que podría volver a mis orígenes, en forma de trabajo o proyecto de vida, como puede ser este libro.

Sabemos que desde pequeño escribías poesía. ¿Cómo te ayuda proyectar tus pensamientos por escrito?

Creo que cuando hablamos de pasión o actividades que nos motivan, pensamos en placer. De alguna manera, la pasión o el amor por una profesión no solo se da por placer, sino que se convierte en una necesidad. El artista hace música porque le gusta, pero también porque necesita expresar sus emociones. Necesita desahogarse. En mi caso, esto se da de una manera similar. Necesito ordenar mis ideas, mi visión de la vida, para poder ver con más claridad. En momentos de pesadumbre, de frustración, de enfado, me ayuda expresarme a través de la escritura o de la palabra hablada. Y a menudo se da el caso de que encuentro respuestas o claves que le dan una coherencia mayor a mi complejo mundo existencial.

¿Crees que este libro abrirá la mente de los lectores?

Mi prioridad es que lo disfruten. Aprendí de una profesora de baile que la clave del aprendizaje es el disfrute. El disfrute es la antesala de la utilidad. Creo que no hay que tomarse este libro como un ensayo filosófico que tienen que estudiar para aprobar un examen o cultivarse. Es bueno que aprendan algo, que se sientan inspirados por alguna de las frase o reflexiones que hay en el libro. Pero, sobre todo, quiero que disfruten con la lectura, que les haga pensar y que, quizás, les inspire en algún aspecto.

En la obra expones los diez principios que todos debemos tener. ¿Crees que estos son altamente manipulados por la sociedad?

En nuestro caso, lo que veo en la sociedad es que ha habido una ruptura de valores. Se nos transmitieron unos valores de estabilidad, seguridad y familia. Y por algún motivo, esto se está diluyendo en el paradigma social. La vida se ha convertido en un lienzo en blanco, en el cual todas las opciones son posibles. Esto es bueno y malo. Bueno porque es una oportunidad para redefinir nuestros sistemas de creencias, nuestra visión de la vida. Malo porque no es bueno vivir en esta ambigüedad, en esta falta de suelo claro donde pisar o camino de vida que tomar. Creo que, poco a poco, a través de las decisiones y de nuestros caminos, esta generación definirá la forma que quiere darle al mundo, a la sociedad y a sus vidas.

También reflexionas sobre el amor. No es posible amar a los demás sin quererse a uno mismo. ¿Cómo conseguimos establecer ese nivel equitativo para amar y respetarnos a nosotros mismos y a los demás?

Creo que el amor es en esencia lo que somos. De alguna manera, lo que debemos buscar es expresarnos. Sin reprimirnos. Sin miedo, sin juicio. Un acto de amor tiene muchas formas. Y en última instancia, es importante honrar nuestra verdad. A veces confundimos el amor con ser complacientes o con anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Partiendo de mi precepto de que, en esencia, lo que somos es amor, la búsqueda de la expresión de uno mismo es el mayor acto de amor que se puede dar.

Nos ha gustado mucho tu definición de libertad. Aseguras que esta no existe sin saber quién es uno. ¿Terminamos conociéndonos del todo? ¿O es un viaje hasta el final de nuestros días?

Conocerse es un proceso que dura toda la vida. Sin embargo, no estoy de acuerdo en que debamos pasarnos toda la vida sin saber quiénes somos o qué queremos. Hay un proceso, que seguramente se deba dar en el paso de la juventud a la adultez, que es saber quién es uno, cuáles son los valores que le representan, qué tiene de bueno para aportar al mundo. Es un proceso que hoy en día se encuentra atascado. La mayoría de las personas se quedan en un estado de transición entre la juventud y la adultez sin saber realmente quiénes son o qué dirección quieren darle a su vida.

La presión social influye enormemente en la priorización de nuestra forma de pensar y relacionarnos. ¿Consideras que esto cambiará con las nuevas generaciones?

Cada generación viene a mejorar lo que la anterior generación construyó y logró. Es un proceso social que se ha dado desde siempre. La juventud viene con el don de la rebeldía. Esta capacidad permite forjar un espíritu crítico. Y cuando esto se conduce posteriormente con un ánimo constructivo, se parte de lo que nos dejaron para crear algo innovador. Es bueno no soltar el testigo de la generación anterior para no perder el conocimiento y las capacidades que desarrollaron. También es bueno no perder el ánimo de mejorar lo que hay, pues las nuevas generaciones traen consigo nuevos paradigmas, donde la creatividad puede expresarse y se pueden aportar soluciones creativas a problemas que no se resolvieron anteriormente.

Nos parece muy interesante cómo tratas la relación entre sistema-persona. Afirmas que nunca te rebelarías contra el sistema, sino que quieres comprenderlo. Así ves dónde están los fallos para conocerte a ti mismo, ya que has nacido y crecido con él. Pero, además de conocer estos problemas, ¿crees necesario subsanarlos para mejorar las futuras generaciones?

Creo que el cambio es fundamentalmente individual. No percibo que lo que se necesite sea un cambio colectivo, sino que cada individuo a nivel personal debe tratar de conducir su vida con éxito, de manera que encuentre su lugar en el mundo, conectar con su vida, con sus proyectos, con su gente. Obviamente, hay que seguir avanzando en los temas importantes como la salud, la educación, la política, la ciencia, etc. Sin embargo, siento que el mayor dilema que enfrentan las personas hoy en día es un conflicto existencial, en el cual lo que debería ser la vida no se corresponde con lo que sienten y viven día a día. Este es un problema complejo difícil de resolver, pero creo que tiene solución. Y debemos poner el foco en este mundo interior que las personas poseen que desea ser expresado. Es importante que la gente se sienta conectada con su camino vida. Y el encuentro con uno mismo en la vida es una ciencia en sí misma que requiere de mucho interés y entrenamiento.

En la obra también das consejos o ejercicios que haces para estar centrado. ¿Cuándo empezaste a ejercer estas prácticas? ¿Sigues llevándolas a cabo?

La verdad es que he acudido a muchas prácticas a lo largo de mi vida buscando sentirme mejor. He hecho terapias a través del baile, pasando tiempo en la naturaleza, haciendo deporte, teniendo conversaciones profundas con amigos, y también he acudido a ayuda profesional en forma de terapia, entre otras cosas. En el libro comento esa práctica, que es muy sencilla y creo que aplicable a cualquier vida. Quizás yo he hecho tantas cosas porque lo necesitaba al sentirme realmente mal conmigo mismo y con mi vida. Creo que con que apliquemos esta sencilla práctica diaria de caminar una hora, a poder ser en la naturaleza, ya es de una gran ayuda. Nos permite pasar un rato con nosotros mismos y con nuestros pensamientos, lo cual es muy enriquecedor. A veces no vemos los resultados del proceso instantáneamente, pero con el tiempo vamos descubriendo que nos conocemos mejor a través de la observación.

Estamos convencidos de que te espera un futuro muy prometedor en la literatura. ¿Tienes algún nuevo proyecto entre manos?

Sí. Sigo escribiendo y trabajando en mis ideas.

Hemos llegado al final de la entrevista. Antes de despedirnos, ¿te gustaría decirle algo a los lectores?

Que disfruten del libro y que me comenten todo lo que piensan ellos respecto a los temas que trato, pues creo que de todo el mundo se pueden aprender muchas cosas.

¡Muchas gracias por tu tiempo, Íñigo! Invitamos a todos los lectores a descubrir esta esencial obra. El pensador ya está disponible en librerías.

Nombre: Íñigo Usabiagas Gervas
Obra: El pensador
Género: filosofía, poesía
Sinopsis: (…) Vientos anhelando bosques, solicitando desiertos, callando desciende de los cielos un destino, la libertad. Toda mente humana se eleva, contemplando una vida, se nos ha dado para hacer con ella lo que nos plazca. ¿Cuál es el sentido humano, el sentido de la vida? ¿Qué estamos buscando? Una vida real.
Biografía: Iñigo Usabiaga, nacido en Madrid y criado en el norte de España, en la ciudad de San Sebastián. Desde pequeño, escribía poesía y pensamientos, mostrando a menudo una actitud introspectiva y reflexiva ante la vida. En su juventud, siguió formándose y trabajando, buscando el camino vital que más se ajustaba a su forma de ser. Poco a poco, va conformándose como adulto, formándose una visión única de la vida, en la cual sigue creciendo, evolucionando y aprendiendo, decidiendo a los 30 años empezar a compartir las respuestas a las dudas existenciales que va encontrando en el camino.
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