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Entrevista a Agnes Z. Murray, autora de «¿POR QUÉ…?: La milenaria realidad del ser humano»

¡Bienvenida, Agnes! Muchas gracias por atendernos. Estamos deseando conocer más sobre tu obra ¿POR QUÉ…?: La milenaria realidad del ser humano, recientemente publicada en Amazon. En ella intentas aclarar algunas de las preguntas existenciales planteadas por el ser humano.

Dios, la religión, la existencia, el universo, el alma, la vida y la muerte, el más allá, la política, la sexualidad, el dinero… son algunos de los temas abordados en La milenaria realidad del ser humano. ¿Cómo ha sido el proceso de comprender la naturaleza humana y sus misterios?

Precisamente porque el ser humano es un misterio y es el único ente de toda la naturaleza que se pregunta por su origen y por el sentido de su existencia. Si tenemos la capacidad de preguntarnos «¿quiénes somos?, ¿somos el rey de los monos?, ¿somos hijos de un Dios?» es porque queremos descubrir y comprender el largo proceso de la naturaleza humana antes de la muerte personal de cada uno, resolver los misterios que nos rodean. Pero no en base a un sistema de creencias, como se ha hecho hasta hora con respuestas religiosas y filosóficas, sino sobre teorías científicas que vayan explicando mejor el misterio del origen y naturaleza del ser humano.

El problema del ser humano, hasta ahora, es que ha divinizado todo lo que desconoce. Sin embargo, cuando la ciencia avanza hacia lo desconocido disminuyen las creencias en poderes ocultos y eso nos va aportando sosiego.

«Conócete a ti mismo», se puede leer sobre la entrada del templo de Apolo en Delfos. Esta inscripción griega de finales del siglo V a. C. continúa siendo nuestra gran reflexión.

 

Dar respuesta a algunas de las preguntas existenciales universales ha debido de ser complejo. ¿Por qué sentiste que necesitabas escribir este libro?

Fundamentalmente por encontrar una respuesta sólida al sentido de la vida pensando incluso que no existen todas aquellas «verdades» que desde pequeña han sido aceptadas, familiar y socialmente, como buenas y ciertas: Dios, el más allá tras la muerte, la inmortalidad… Por eso, precisamente, dediqué el libro a toda la Humanidad con mayúscula, intentando tener una perspectiva más amplia de su historia escrita con un estilo sencillo y accesible. La dejé como algo local de la parcela de cada uno para situarla en un concepto universal, independientemente de que hayas nacido en España o en Australia, para encontrar respuestas al por qué estamos aquí. Por este motivo empecé a escribir ¿POR QUÉ…?…

 

¿Piensas que los lectores abrirán la mente y cambiarán su forma de pensar tras la lectura? ¿La entenderán mejor por las circunstancias actuales?

Creo que de la misma forma que yo fui cambiando mi forma de pensar, mi sistema heredado de creencias tradicionales, abandonando la capacidad que todos tenemos no solo de crear mitos y engaños, sino de aceptarlos como verdades incuestionables, la lectura de ¿POR QUÉ…? puede suponer para muchos, además de satisfacer su curiosidad y aumentar su conocimiento, así lo pienso, su despertar a la imaginación y hará que surjan ideas más reales sobre su existencia. Les procurará, al menos, más tranquilidad sin menos misterios ocultos que nunca han existido.

Respecto a la segunda pregunta, si la entenderán mejor por las circunstancias actuales, le diré que estoy convencida de que sí. Y no solo por el conocimiento científico que hoy posee la humanidad y que ha roto mitos y leyendas descubriendo realidades que se describen en el libro, sino porque, en gran medida, continuamos siendo animales y no dioses. Y por mucho que las grandes corrientes de la historia hayan modelado nuestra sociedad, sin embargo, nunca hemos podido desprendernos de nuestro instinto animal. En este sentido, mi ensayo, que guarda cierta similitud con el libro Sapiens de Yuval Noah Harari, se contrapone cuando subtitula De animales a dioses. ¿Quién iba a pensar que en pleno año 2022 viviríamos un conflicto como el de Ucrania?

 

En la obra explicas la historia del universo y el origen del ser humano mediante la cosmología, la antropología o la paleontología. ¿Cuándo te empezaste a interesar por estas disciplinas?

En el libro he intentado explicar dónde está la Tierra en el universo, nuestro paso por el planeta y qué significamos en este momento, siempre, en la historia del cosmos. Prescindiendo de la idea de la creación por el Dios de las religiones, me detengo a comprender y a aclarar qué fue realmente lo que sucedió en el Big Bang y lo que había antes y de cómo se formaron los planetas y las estrellas, de las que, por otra parte, venimos todos. He tenido muy en cuenta en mi ensayo que el universo, que evoluciona en el tiempo, surge de un estado que está más allá de este, es decir, se prescinde de él, de ahí que también crea en la posibilidad de la existencia de un Dios «Fuerza Cósmica» distinto del que las religiones inventaron.

Desde pequeña, cuando miraba las estrellas me cautivaba su majestuosidad. Ahí se inició mi estudio de la cosmología y, en general, de todas aquellas ciencias que analizan al ser humano de forma integral y su pasado sobre la Tierra.

 

Conocemos el Big Bang como el origen del universo. Pero hay muchas hipótesis en lo referente a este. De hecho, afirmas que solo conocemos un 5 %. ¿Es posible que llegue a conocerse el 95 % restante en un futuro gracias a una ciencia más avanzada? ¿O escapará a la mente humana?

Actualmente, dentro de los límites de la ciencia, el Big Bang es la teoría que cuenta con más evidencias que apoyan su viabilidad. No solo por la expansión del universo, sino también por la realidad de la existencia de la radiación cósmica de fondo de microondas que cubre y envuelve todas las partículas de este de manera uniforme, y que viene a ser como el recuerdo de los primeros instantes en que la luz y la radiación aparecieron.

Hay otras teorías que tienen puntos en común con el Big Bang, como la del «gran rebote» —no hubo Gran Explosión, sino un rebote, el paso de un universo viejo a otro nuevo— y otras similares —absorción del universo por agujeros negros evaporando su contenido, dejando como resultado otro nuevo.

Efectivamente solo conocemos, de forma imperfecta, un 5 % del universo, conformado por los planetas, las estrellas y las galaxias. Lo demás, un 70 %, sería materia oscura, que es la que hace que este se expanda cada vez más rápido. Y el 25 % restante es energía, también oscura, que viene a ser como lo opuesto a la gravedad, y no permite que esta se junte, sino que se separe.

Respecto a si llegaremos a conocer el resto del universo no visible, lo primero que tendríamos que medir es la velocidad de su expansión, algo que quizá se alcance en 2027 con el lanzamiento del telescopio espacial Nancy Gracy Roman. Porque hay que tener en cuenta que como el universo siga expandiéndose terminará desgarrado en pedazos.

Es posible que la ciencia más avanzada, en un futuro muy lejano, si antes no nos hemos aniquilado como especie, llegue a ir conociéndolo con más profundidad. Pero conforme avancemos creo que nunca llegaremos a comprender completamente el cosmos. Una comprensión completa está fuera de nuestro alcance porque de cada nuevo descubrimiento saldrán nuevas preguntas e interrogantes.

 

Tal y como aseguras, es cierto que la juventud de hoy en día es menos religiosa que antiguamente. ¿Cómo afecta la imposición económica y social a sus creencias?

En una gran mayoría, hoy, la juventud de países de nuestro entorno no es que sea no creyente, sino que ni siquiera se plantea la cuestión de la creencia en un Dios o de si es atea o no. Viven completamente al margen del pensamiento religioso. De hecho, las confesiones religiosas se refugian en Asia, África y Sudamérica para frenar la sangría de fieles y clero.

Se ha producido un desenganche de los jóvenes a la religión como factor que identifica y aglutina a todos ellos. Y este conlleva la desaparición de los valores y comportamientos de cualquier confesión religiosa.

Hay que tener en cuenta que una de las cosas que más afecta a la juventud es la presión del grupo y la cultura de la autogratificación inmediata, lo que les invita a gastar el dinero desde que lo obtienen. Ello, unido al esfuerzo por encontrar un trabajo de su satisfacción, hace que el tema religioso desaparezca de sus vidas. Muchos, porque ven la religión como algo del pasado; otros, porque van adquiriendo la suficiente cultura científica para no creer ya en la leyenda religiosa. En definitiva, la religión pierde terreno allí donde hay más desarrollo económico y entre los más jóvenes.

 

El ser humano evoluciona personalmente y en sociedad. Sin embargo, las religiones siguen estancadas en los mismos dogmas de antaño. ¿Por qué crees que no se adaptan a las necesidades actuales?

Desde la antigüedad, la religión siempre se ha entendido como una forma de vida y de creencias que vinculan al hombre con lo sagrado y divino. Así, por ejemplo, el cristianismo, cumplía con tales rasgos. Ahora, lo que ha ocurrido es que esas ideas, esos valores y esas normas han sido sustituidas por ideologías mundanas. De este modo, el marxismo mundanizó la idea judeocristiana de la historia de salvación de los pueblos asignándosela a la lucha socioeconómica de clases sociales. Hoy los hechos no son interpretados en clave religiosa, pasan a ser releídos en clave secular; la economía, no la religión, es la que vertebra las relaciones sociales.

 

Nos ha llamado mucho la atención tu distinción tan clara entre ciencia y religión. Como bien expones, el objetivo de la ciencia no es demostrar la existencia de Dios. Entonces, ¿por qué piensas que hay tantos conflictos entre ambas?

Sencillamente porque hay una contradicción fundamental sobre los métodos que los seres humanos deberían seguir para tener un conocimiento fiable del mundo.

La ciencia utiliza las observaciones y los experimentos y la reflexión racional sobre datos basados en la experiencia. La religión se basa en unos métodos no contrastados, no fiables, dimanantes de la revelación o la interpretación de los llamados libros sagrados como la Biblia, el Corán o la Torá.

La religión se basa en la fe; la ciencia, en un sistema que puede funcionar o no, pero que genera confianza.

¿Cómo se puede hacer que los ciudadanos confíen en la ciencia y no en la interpretación religiosa?

En todos los campos de la ciencia tiene que haber cierta confianza, pero no es la fe en el sentido religioso. No es una confianza ciega. Es una confianza provisional y racional basada en una comprensión general de cuáles son los problemas y las pruebas ofrecidas y en un análisis de los factores sociológicos. Por eso, la comunidad científica está realmente abierta a las críticas internas, mientras que la comunidad religiosa acepta sin más una «verdad» indemostrable que se hereda por la tradición. Ahí se produce ese choque frontal de trenes entre lo que existe real y científicamente y lo que no existe más que en el deseo y la imaginación.

 

La sexualidad ha estado estrechamente liderada por las normativas respectivas de cada religión. ¿Cómo crees que afecta la influencia de la moral religiosa (católica, en el caso de España) en el ámbito político y social de nuestros días?

La educación siempre ha sido un pilar de desarrollo de la humanidad, tanto en un sentido positivo como negativo, y la religión cristiana, especialmente la Iglesia católica, ha jugado un papel determinante.

En nuestro país, la Iglesia católica, como institución muy poderosa, siempre ha intentado formar interesadamente una sociedad creyente, de ahí su influencia en el aspecto social, económico y cultural de España.

Hoy en día la enseñanza en España es laica, aunque la huella histórica de la religión sigue latiendo con fuerza dentro de la educación y de la vida política y social, incluyendo ciertos medios de comunicación donde se une el poder, el dinero, la política y la religión.

 

Dependiendo de la cultura que tengamos, encontramos explicaciones a la muerte en la religión. ¿Consideras que el miedo a lo desconocido es el impulsor para buscar una vida eterna mediante la reencarnación o el más allá?

La muerte, como el nacimiento, forma parte de un proceso natural de cada uno de nosotros. Hay que morir en silencio, es la naturaleza.

En buena medida, las religiones han creado cada una a su respectivo Dios como pura ficción del hombre. Una ilusión creada, entre otras razones, para conjurar la angustia de la muerte.

Vivimos entre el misterio, cierto nihilismo acomodaticio y la creencia dudosa o de mucha duda. Pero la vida está limitada por la mortalidad y la vulnerabilidad del organismo.

Las religiones tienden a dar trascendencia eterna a la vida con la premisa de un Dios justiciero, consiguiendo el efecto contrario: crear desasosiego al que va a morir. De ahí que se use muy frívolamente la existencia de una vida eterna del más allá o se recurra a la idea de la reencarnación sustituyendo la vida eterna por un vivir continuado y sucesivo en la tierra. Esto para mí no es creíble, ya que volveríamos, con la reencarnación, al mismo punto de desconocimiento sobre qué hay después de la vida.

Con la muerte nos extinguimos, y así lo digo en el libro. Solo puede que exista la posibilidad de prolongarnos en energía y con ello entender lo que puede ser la eternidad y comprender el por qué hemos nacido y la existencia del universo del que formamos parte.

 

El cambio climático es un hecho, sin duda. ¿Crees que el futuro será como lo pronosticas en la obra? ¿Será viable realmente la vida en otro planeta?

Hemos traspasado los umbrales climáticos para los que no existe vuelta atrás. Es un hecho. Solo nos queda mitigar los efectos, poniendo soluciones. Pero pienso que ni siquiera lo haremos.

Es significativo que siendo uno de nuestros atributos la capacidad de pensar en el futuro —siempre lo hacemos: comprar una casa, ahorrar para los estudios del hijo, planificar las vacaciones— no lo hagamos o seamos indiferentes para con lo que se nos avecina por no respetar la naturaleza y la sobreexplotación de los recursos físicos. Es lamentable, pero vemos el cambio climático y sus consecuencias como un problema de otros, cuando en realidad, España es y será uno de los más afectados, no solo por el incremento de las olas de calor, que ya están aquí, sino también por la escasez de agua y la pérdida de cosechas con riesgo real para la seguridad alimentaria.

El simple hecho de no estar concienciados todavía en dar un buen uso al agua y racionar su consumo a escala individual es buena prueba de lo que digo sobre el presente que ya está aquí y sobre el futuro que se nos viene.

Sobre la pregunta de si será viable la vida en otros planetas, he de decir que estamos muy condicionados como seres humanos por la radiación cósmica en nuestros viajes más allá de la Tierra. Hecha esta precisión, si alcanzamos la tecnología suficiente, desarrollando sistemas de propulsión para viajes interestelares, tendremos necesariamente que marcharnos a otros lugares para sobrevivir.

Hay que tener en cuenta que han pasado ya casi 53 años desde que pisamos la Luna., en 1969. Creímos que pronto podríamos llegar a otros lugares y no ha sido así. Sin embargo, más por necesidad que por curiosidad —la imaginación del ser humano es muy grande— pienso que podremos marcharnos de la Tierra siempre que todas las naciones aúnen sus esfuerzos y si antes no nos aniquilamos con la barbarie nuclear de una tercera guerra mundial.

 

Estamos llegando al final de la entrevista. Pero antes, ¿te gustaría decirles algo a tus lectores que no hayamos abordado?

En primer lugar, agradecerte la oportunidad que me brindas con esta entrevista para dar a conocer mi libro ¿POR QUÉ…?: La milenaria realidad del ser humano. Y también comunicar a las personas que lo adquieran para leerlo detenidamente, que, en gran medida, este ensayo de lectura fácil, con un lenguaje comprensible para el público en general, rompe mitos y descubre realidades que no se suelen divulgar, incidiendo en el conocimiento de la evolución humana, tanto por su biología como por el desarrollo de la técnica, la ciencia y la creciente complejidad social.

Espero que este libro, escrito bajo las bases de la razón y el conocimiento, sirva para la reflexión del por qué estamos aquí y de la necesidad de nuestra solidaridad como especie para no desaparecer, cultivando, de una vez por todas, nuestra mente sin miedo al conocimiento de la ciencia para comprender el sentido de la vida.

 

¡Ha sido un placer, Agnes! Te deseamos mucha suerte con tu obra. ¿POR QUÉ…?: La milenaria realidad del ser humano que ya se puede adquirir en Amazon.

 


  • Nombre: Agnes Z. Murray
  • Obra: ¿POR QUÉ…?: La milenaria realidad del ser humano
  • Género: ensayo histórico y filosófico
  • Sinopsis: ¿POR QUÉ…?La milenaria realidad del ser humano

    La sorprendente y ancestral historia de la humanidad como una especie más de este planeta.

    ¿Por qué seguimos siendo animales y no dioses?

    En ¿POR QUÉ…?, subtitulada como La milenaria realidad del ser humano, la autora traza una breve historia de la humanidad sostenida por la evolución y hace un compendio de cómo la sociedad ha utilizado a Dios sin al final encontrarlo.

    ¿Por qué el cerebro es la clave de nuestra existencia? ¿Por qué hizo el hombre a Dios? ¿Cómo hemos evolucionado hasta conseguir que nuestro cerebro se haga inteligente para conocer el estadio de la muerte?  ¿Por qué nunca existió el Dios de las religiones? La vida del más allá y el porqué del Dios de las religiones. ¿Qué había antes del Big Bang? ¿Cuándo empezó la vida y cuál es su origen? El eslabón perdido: ¿de dónde venimos? ¿Nos queda mucho tiempo sobre la Tierra? ¿Por qué no somos inmortales? ¿Quiénes somos? ¿Por qué existimos?

    En La milenaria realidad del ser humano, la doctora Agnes Z. Murray, indaga cómo las grandes corrientes de la historia han modelado nuestra sociedad sin poder desprendernos de nuestro instinto animal. Con el conocimiento actual de las diferentes disciplinas (cosmología, antropología, paleontología) va explicando la historia del Universo y por qué estamos aquí, analizando desde el Big Bang hasta los agujeros negros, el origen de la vida, la evolución del ser humano y el eslabón perdido, el tiempo que nos queda sobre la Tierra como especie humana, la exploración interplanetaria, el proceso de la muerte, la reencarnación, las experiencias cercanas a la muerte, la vida del más allá y cómo la muerte es tan natural como el nacimiento.

  • Biografía: Agnes Z. Murray es doctora por la Universidad de Madrid, profesora de Derecho constitucional y analista de solvencia contrastada en las disciplinas de la cosmología, la antropología y la paleontología.
  • Redes sociales: Facebook, Instagram, Twitter

 

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