El lector editorial en la actualidad

por Tregolam en Artículos Literarios
lector editorial lector editorial

¿Qué es el lector editorial?

Dentro de todas las tareas editoriales existentes, hay una que quizás aún no es lo suficientemente conocida ni demandada. Se trata de la que realiza el lector editorial, que se dedican a “leer” y a “opinar” con experiencia y conocimientos en el campo de la literatura, muchos de los libros —novelas, colecciones de cuentos, poemarios, especialmente—  que salen la luz bajo un sello editorial.

Afirmar que esta profesión no es tan conocida, nos lleva a poner como ejemplo dos razones: una, que casi no suele hablarse de ella en los artículos acerca de temas editoriales (se habla más de los editores, de los traductores, etc.). Y dos, porque muchos autores nóveles o en vías de convertirse en autores la ignoran.

Como en su momento ocurrió con los correctores de ortografía, antaño se creía que todo lo que implicaba publicar un libro corría por cuenta del editor. Lo cual no dejaba de ser una aseveración un tanto popular pero muy cercana al disparate.

Por otro lado, afirmar también que no es tan demandada, responde a una verdad innegable: no todas la editoriales cuentan con los recursos (económicos, principalmente) para costear los honorarios de los lectores profesionales.

 

Qué función realiza el lector editorial

Dicho esto, habría que detallar un poco cuál es la labor y por qué resulta ser de gran utilidad dentro del proceso de publicación de un libro.

Un lector profesional es quien se encarga de «leer» una selección de «originales» de los que saldrá, seguramente, alguna o varias publicaciones.

Dicha selección, o encargo, la realiza el propio editor, algunas veces por iniciativa propia, por alguna recomendación puntual o luego de un consenso a cargo del consejo editorial.

Sin embargo, como parece obvio, no se trata simplemente de leer. Además de la lectura, los lectores profesionales deberán redactar un informe literario o analítico acerca del «manuscrito» en cuestión. De manera que el editor tenga un panorama más claro y específico de lo que tiene entre manos. Esto, sin duda, agilizará el proceso de selección final y le ahorrará tiempo a los editores. He ahí su utilidad y su funcionalidad.

 

El papel del lector en las editoriales

Dependiendo del tipo de editorial y de su manera de trabajar, en muchos casos, antes que un informe como tal, se trata simplemente de «plantillas» que los lectores profesionales deberán rellenar con información relevante sobre el «manuscrito».

Dicha plantillas tiene las siguientes características:

  1. Si se trata, por ejemplo, de una novela, se deberá establecer y detallar el subgénero de la novela (negra, erótica, histórica, de suspense, romántica, autobiográfica, etc.)
  2. Redactará una sinopsis o argumento del manuscrito.
  3. Deberá enumerar los personajes principales, secundarios, etc., así como el contexto temporal y especial en el que desarrolla la historia.
  4. En la «plantilla», también se incluyen todos aquellos comentarios que puedan ser de ayuda al editor para que tome una decisión respecto de la novela en cuestión. Por ejemplo: posibles aspectos positivos o negativos que deberían ser tomados en consideración, etc.

 

No obstante, en algunos casos, dicha «plantilla» no servirá más que para brindarle un panorama de información general (aunque precisa) de la novela al editor. Puesto que este ya ha tomado la decisión de publicarla o porque se trata de una traducción de una novela que ha funcionado muy bien, a nivel comercial, en su país e idioma de origen, y se ha tomado la decisión de publicarla traducida y de que forme parte del catálogo.

Analistas editoriales: un lujo de grandes editoriales

A simple vista, muchos podrán decir que se trata de una labor sencilla, pero no lo es. Sucede que en algunas editoriales, el listón está un poco más alto y el sistema de las «plantillas» es sustituido por el de los informes de lectura. Estos informes, a pesar de que siguen los mismos lineamientos de una «plantilla», requieren de un análisis un poco más profundo.

Se le exigen al lector que haga énfasis en valoraciones que puedan ampliar la perspectiva que se tiene de la novela de cara a su posible publicación y al nicho editorial en el que pueda encajar.

En ese sentido, las valoraciones hechas por el lector editorial tienen más peso y pueden llegar a ser determinantes. Por eso  mismo, será de gran ayuda su experiencia como lector, sus conocimientos en el mundo editorial y hasta su sensibilidad estética.

Hay que tomar en cuenta que, muchas veces, el editor no está del todo convencido de publicar un libro recibido o no ha tenido tiempo de leerlo y valorarlo detenidamente. He ahí, como ya se ha dicho, el papel fundamental del lector editorial.

 

Los lector profesionales en editoriales

Así mismo, no todas las editoriales en tienen a lectores profesionales en su plantilla. De la misma manera que ocurre con los correctores ortográficos, que muchos prestan sus servicios como freelance.

En realidad, podría decirse que se trata de un recurso exclusivo de las editoriales grandes o consolidadas. Aquellas que reciben demasiados «originales» a través de sus distintos canales:

  1. Autores
  2. Ganadores de premios,
  3. Agentes literarios
  4. «Amigos»

 

Esto es es así porque los editores saben que no pueden fallar a la hora de recuperar la inversión, teniendo en cuenta los precios de publicar un libro. La cual supone distribución del libro a nivel nacional e internacional, gira promocional, difusión en medios de comunicación, reseñas, traducciones, nuevas ediciones, cesión o venta de derechos de autor, adelantos, regalías por ventas y premios incluidos.

 

Lectores editoriales en pequeñas editoriales

En el caso de editoriales medianas, pequeñas o alternativas, la labor del lector profesional la realiza el mismo editor o algún miembro del consejo editorial.

La mecánica, en este caso, es más sencilla, por la misma naturaleza de la editorial y del número de publicaciones que afronten anualmente.

En última instancia, y siempre desde la perspectiva de editoriales «menores», cabe la posibilidad de que, a la hora de recibir o solicitar un «original», este venga acompañado por un informe de lectura. Sucede que, actualmente, muchos escritores nóveles están apostando por hacerse con ese servicio. Es decir, pagan para que alguna empresa de servicios editoriales elabore un informe acerca de su libro.

De esta manera, poder incluirlo en la toma de contacto con la editorial como parte de su estrategia de venta.

Aunque no suene del todo familiar, un autor o autora debe saber cómo «vender» su libro y cómo hacer que este sea atractivo a las editoriales o a los agentes literarios. En este caso, adjuntar un informe de lectura servirá para reforzar una imagen de profesionalidad y seguramente será de ayuda para que los editores estimen la propuesta del libro.

 

Informes de lectura: alternativa para las editoriales

En cuanto a los informes de lectura, hay que matizar un aspecto importante en relación con la demanda que tienen las agencias de servicios editoriales. En algunos casos, el autor solicita un informe de lectura. Es decir, aquel que podría elaborar un lector profesional contratado por una editorial.

En otros casos, antes de sopesar una opción editorial, muchos autores optan por un informe literario, el cual no es precisamente lo mismo. La diferencia entre uno y otro radica en el destinatario. En la primera modalidad, el destinatario es el editor (en calidad de representante de la editorial) o un agente literario. En la segunda opción, el destinatario es el autor o autora misma.

 

Informes de lectura para mejorar las obras

¿Con qué objetivo un autor opta por esta segunda modalidad?

La respuesta es sencilla: en realidad, antes de tocar las puertas de alguna editorial, lo más conveniente para un autor principiante es contratar un informe para detectar fallos y mejoras.

Dicho sea de paso, lo mismo ocurre con las correcciones de ortografía: antes que pagarle a un profesional, preferimos que se encargue el amigo que mejor ortografía tenga del grupo o el que se jacte de leer más que el resto.

 

La utilidad del lector en la elaboración de informes

Pues bien, la utilidad de un informe literario va un poco más allá que la que puede aportar un informe de lectura, por el hecho de que, además del análisis (mucho más profundo) y de las valoraciones (mucho más ampliadas), se incluirán sugerencias o recomendaciones sobre cómo mejorar aspectos débiles en los que autor necesitaría reflexionar y ponerse manos a la obra.

Con este panorama, el autor puede tomar conciencia del trabajo realizado y enmendar los fallos y los desaciertos antes de enviar su libro a un editorial. Esto, sin lugar a dudar, le será de ayuda no solo en relación con el resultado de su escritura sino para poder identificar mejor la posición en la que se encuentra frente a una publicación.

Una cosa es lo que, como autores, creamos de nuestra «obra» y otra es lo que tienen que decir los que llevan años analizando obras.

 

Conclusiones

En conclusión, la labor de los lectores profesionales es fundamental. Como fundamental es que todo autor, especialmente en las primeras etapas de su carrera, esté al tanto de que todos los libros publicados han pasado por muchas fases antes de convertirse en lo que son.

Entender o conocer cada etapa del proceso, es también parte de ser escritor o de querer serlo.


 

Artículos relacionados

Tags

Compartir

Tregolam
Sobre
Tregolam

Empresa de Servicios Editoriales. Agregador de #Concursos Literarios y Becas, #ServiciosEditoriales, #Noticias, #Entrevistas, #Literatura

Consiento el tratamiento de mis datos.
TREGOLAM tratará sus datos con la finalidad de gestionar su comentario en este sitio web. Puede ejercer sus derechos de acceso, rectificación, supresión, portabilidad, limitación y oposición, como le informamos en nuestra Política de Privacidad y Aviso Legal.

Comentarios (3)

  • Nely García says:

    El lector profesional ¿Qué busca? Ventas, calidad académica, reflexiones importantes sobre diferentes temas, una línea concreta o simplemente su propio sentir.
    El ser reconocido en cualquier actividad artística y ganar dinero con ella es tan difícil como el que nos toque la lotería. La creación es mágica y en mi humilde opinión ser uno mismo en todo momento y plasmar con total libertad lo que se percibe o se siente, es lo que importa.
    El resto son intentos de engatusar a los debutantes en aras de que piquen y enriquezcan las arcas de los que ofrecen sueños.
    Saludos cordiales.
    Nely García.

  • Alicia Agelvis Reinales says:

    Hola, me encantaría ser parte de una editorial, me gusta leer, ser parte de la critica como lector y hacer correcciones de forma a los textos. También escribo artículos y deseo leer textos para editoriales.

    Saludos

  • Felipe A. Montemayor López says:

    Interesante el proceso, claro y sencillo, leo mucho por formación académica y cultural. Soy docente investigador, más adelante al jubilarme, me encantaría trabajar de lector o corrector ortográfico. De hecho, en la revista de la escuela donde trabajo soy el corrector de estilo de artículos académicos, saludos desde Monterrey, México.

  • Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *